Para que no traigas solamente fotos de esas fiestas locas a tu madre, mujer, amante, cuñado, perro… ni tengan que escuchar historias de bad beats, te recomendamos que saques un poco de tiempo para darte una vuelta por Dublín. Aquí te proponemos algunos de los lugares más emblemáticos.
Si quieres mejorar tu fondo de armario, tienes una cita en Grafton Street y Dawson Street para hacer un poco de shopping. A menos de 500 metros, destaca uno de los lugares más míticos de Dublín: el Trinity College (foto). Fundada en 1592, se trata de la universidad más antigua de Irlanda. El Campus sigue hoy en día activo pero no tendrás ningún problema si te apetece dar un paseo entre estudiantes y ocupados profesores.
Otro de los lugares que no te puedes perder de ninguna de las maneras es la Catedral de Saint Patrick. A pesar de que su nombre hace que te acuerdes inmediatamente de la fiesta de la cerveza, no podrás tomarte unas pintas pero podrás disfrutar de un lugar excepcional. Se trata de la sede del culto anglicano de la iglesia de Irlanda. Para pasar el rato tirado en la hierba (cuando no llueve), te recomendamos visitar el parque de Saint Stephen’s Green. En el pasado se trataba de un lugar de ejecuciones públicas, pero hoy en día sus nueve hectáreas son un lugar bastante más agradable, te lo aseguramos. Si te gustan los paseos largos, podrás pasear por la orilla del Liffey, el río que recorre la ciudad.
En lo que respecta a los museos, el Guinness Storehouse no puedes dejarlo pasar. Además de aprender más sobre los secretos de fabricación de este magnífico brebaje o de descubrir las diferentes campañas de publicidad a lo largo de los años, también podrás degustar una pinta de oro negro en el Gravity Bar (foto), que ofrece una vista panorámica de todo Dublín desde la terraza de su última planta.
La galería municipal de Arte Moderno, rebautizada Hugh Lane, situada en Parnell Street, expone entre otras, creaciones de artistas contemporáneos irlandeses, así como el estudio restaurado del pintor Francis Bacon. Los apasionados de la historia podrán ir a la prisión de Kilmainham Gaol, lugar emblemático del nacionalismo irlandés que hizo frente a la ocupación británica.
Por último, para dar un toque deportivo a la visita, te aconsejamos que te pases por Croke Park (foto), estadio con 82.300 butacas, el tercero más grande de Europa (por detrás del Camp Nou y de Wembley), dedicado a los deportes locales que son el Fútbol gaélico y el hurling. Podrás probar este último, con la pelota (slither) y el palo (hurl), en una pequeña sesión de tiros a puerta. Good luck with that!
Este restaurante de tapas es una visita obligada. Nosotros volvemos cada año para disfrutar de su acogedor ambiente, de su fantástica carta de vinos tintos y de su deliciosa carta de picoteo. Recomendamos reservar por teléfono si no quieres esperar demasiado.
¡La mítica dirección de Dublín! Elegido “Bar irlandés del año” en 2012, el Temple Bar, lleva cultivando la tradición dublinesa desde 1840; encontrarás música pop/rock y Guinness a rebosar de la mano de un caluroso ambiente. Y si se da el caso que está demasiado aglomerado, no hay problema: El Temple está situado en el centro del barrio mejor dotado de bares de la ciudad, encontrar un garito en el que te sirvan una cerveza o dos en poco tiempo no debería ser un problema. Cuenta con 12 a 15 euros (según el tráfico) para el trayecto en taxi hasta el Regency Hotel.