La demencia nocturna
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Es una experiencia cuasi religiosa. Primitiva en cierto modo. Muchos se acercan a sus mesas temerosos. Se acercan bastante, ya que el corrillo que se forma alrededor de las mesas no suele dar ninguna pista de lo que pasa, y se vuelven a alejar. ¿Qué ocurre en esa esquina?, se preguntan los que cruzan el hall del City West para tomar el aire. De primeras no van, sino que lo hacen a la vuelta. El ser humano es curioso por naturaleza. Gritos, venas hinchadas, alguna palabra más alta que otra, expresiones inentendibles pero claramente malsonantes. Hablamos, claro está, de los Midnight Deglingos. O, como se diría en español, los Dementes de la medianoche. Una vivencia no apta para cardíacos y que no entiende de clases pokeríticas. No se necesita grandes dotes para participar. Sin embargo, atrae a jugadores de todo tipo de pelaje. Intrigados por entrar en trance. Deseosos de desfogar.