Un deeprun en cualquier torneo ya implica cansancio, presión y muchas miradas encima. Pero un deeprun en el Big One, el Main Event de las WSOP, lleva todo eso al extremo. “Es el torneo más bonito del mundo”, ya lo describió muy bien Leo Margets. Y sí, es cierto que la tensión pesa más sobre quien está sentado en la mesa, pero también desde el rail se sufren los nervios, la ansiedad… y, sobre todo, esa sensación de no poder hacer nada más que apoyar.

Y hablando de apoyo, ya lo hemos dicho: Leo cuenta con una afición de peso. Su Team Leo FC no ha parado de mandar buenas vibras desde la barandilla: “Fue increíble, todos mis amigos estaban allí… quería celebrar cada mano con ellos”, nos confesaba Leo tras clasificarse al Día 8.

Entre esa armada catalana, hay una presencia muy especial: Lucía Navarro, jugadora del Team Pro de 888poker y amiga de Leo desde hace más de una década. Lucía no le quita los ojos de encima ni un segundo. Sigue cada movimiento, vibra con cada call, cada fold, cada river. Una amistad de largo recorrido, con química instantánea: “Yo ya sabía quién era Leo, porque siempre ha sido muy famosa. Pero aún no éramos amigas. Donde realmente conectamos fue en un EPT en Barcelona… aunque no recuerdo en qué año. Coincidimos bastante y enseguida hicimos mucha amistad. Somos muy parecidas en muchas cosas.”

Mientras charlábamos en el rail, el resto de la crew española bromeaba sobre la relación de las dos. Pero la complicidad no se esconde: son almas gemelas en versión póker. Y hay motivos: “El póker es un deporte muy individual, pero tener amistades dentro del circuito es muy importante. Y con Leo tengo una conexión diferente. Somos pocas mujeres en este mundo, y aunque conozco a muchas, con ella compartimos la misma visión sobre lo que significa ser mujer en este entorno. Coincidimos en muchos puntos de vista y eso nos une. Cuando coincidimos en torneos, en los descansos nos vamos al baño juntas y ahí hablamos de todo: de cómo nos perciben algunos jugadores, de los perfiles en la mesa… Hay mucha complicidad entre nosotras.”

Sentarse un rato junto a Lucía en el rail es toda una experiencia. Es como ver a una líder de ultras en versión torneos: dirige la atención del grupo, grita las cartas en los all-ins, se sube de puntillas para ver mejor, anima a Leo como si estuviera en una final de Champions. “La veo genial, de verdad. Creo que se ha estado preparando durante años para este momento. Ella misma decía que en otros torneos cometía errores, como mirar el móvil o estar pendiente de cosas externas… y ahora ha aprendido de todo eso. Está súper centrada, muy focus. Ya tendrá tiempo de celebrar o mirar el móvil. Ahora está a lo que importa. Es la mejor.  Como jugadora ha mejorado muchísimo. Ya era muy buena, pero ahora lo es aún más. Tiene súper controlada la parte mental, las rutinas… La experiencia le ha dado ese temple. Y las cámaras no le molestan, está acostumbrada.”

Leo Margets, por cierto, no solo es la Last Woman Standing del torneo, sino que ya ha superado su mejor resultado histórico en este evento, el 29.º puesto que alcanzó en 2009. Ahora ha navegado por un field aún más gigante, y lo está haciendo con hambre de más. No se conforma. Va a por el brazalete. Sería el segundo, eh… que no hablamos de cualquiera.

Sí, ganar títulos es importante. Pero para un jugador de póker profesional, cobrar en un torneo de este calibre ya puede significar un triunfo enorme. Porque esto también es una profesión, y cerrar el mes en positivo es parte del juego. No siempre es cuestión de trofeos: a veces, simplemente se trata de sumar para el bankroll… o para la cuenta bancaria.

En ese contexto, puede parecer raro que una jugadora profesional como Lucía se pase días enteros sin tocar una ficha, solo para ver jugar a otra. Pero hay cosas que valen más que cualquier premio: “Es que no puedo hacer otra cosa. Si me voy a jugar otro torneo, mi cabeza no va a estar ahí. Solo quiero estar aquí, viéndola ganar manos, pidiéndole las cartas, gritando… Es lo que me apetece.”

Y eso no quiere decir que Lucía esté parada. Aunque no esté jugando, sigue trabajando. Tiene un blog donde documenta su vida como jugadora profesional, con viajes, reflexiones, torneos, emociones… un diario en vídeo del grinder lifestyle. “Sí, estamos grabando cositas. Aunque me están tocando un poco las narices con el móvil aquí en el rail y no me dejan grabar mucho. Y como tampoco tengo el pase de media, aunque tuviera otra cámara, tampoco me dejarían grabar. Pero todo lo que he podido grabar hasta ahora, lo sacaré.”

Pues estaremos atentos, ¿no?

Antes de volver a la redacción, le pedimos a Lucía que definiera a su amiga en una frase. No se lo pensó ni medio segundo: “Ella es la hostia. Es que lo tiene todo: es una jugadora increíble.. pero como persona y como amiga, es aún mejor.”

Y, la verdad, no podemos estar más de acuerdo. Qué orgullo tener a alguien como Leo Margets representando a nuestro país… y a nuestro Team Winamax.

¡Vamos Leo, a por todas!