Adrian Attenborough se convierte en el subcampeón del Main Event de las WSOP 2022
Paga 4 millones por una mala decisión con una mano que se veía venir le acabaría condenando: J-4

"Creo que voy a liarla"

Catorce manos después de que Adrian Attenborough tomara la delantera tras doblarse, con unos stacks efectivos que rondaban las 60 ciegas, se llegaría al desenlace del Main Event de las WSOP 2022. Poco podía uno imaginarse que asistiríamos a un desenlace tan fugaz, atípico y por qué no decirlo, surrealista. En un momento en el que las decisiones se miden al milímetro, en el que la cautela suele predominar por encima de los impulsos, Adrian Attenborough ha cometido (palabras suyas) un gran error que le ha acabado costando al torneo.

Todavía con la tankeada de 20 minutos que se pegó anteriormente en nuestra retina, mano en la que Attenborough se moría de ganas por pagar (equivocadamente) con su bottom pair sosteniendo J4 en sus manos, un nuevo J-4, en este caso de otros palos, llegaba a su posición. En las catorce manos que pasaron desde el double-up del australiano hasta este punto, Espen Jorstad había recobrado la ventaja a base de botes pequeños y medios, lo cual hacía que la mano en cuestión comenzase con ventaja de 287 millones para Jorstad contra los 233 de Attenborough. 

Un bote limpeado. Así empezó la mano que decidió el torneo. En él saltaba 422 y Adrian Attenborough empezaba a venirse arriba ligando su cuatro con su J4. Malas noticias. El noruego tenía Q2 y la tragedia empezaba a mascarse. Espen Jorstad empezaba a querer engordar el bote en ese mismo punto poniendo 4 millones sobre la mesa, pero Attenborough le facilitaba la faena jugando al check/raise hasta 14 millones en este mismo momento. Encantado Espen Jorstad pagaba antes de ver cómo el 8 caía en el turn. El australiano pasaba de nuevo, y a Jorstad, que ya había recibido la información de la mano/tankeada anterior, se le hacía la boca agua pensando que podía apalancar todo su resto de cara al river, así que cogió fichas, un monton de ellas y lanzaba una apuesta de 62 millones en el turn. Attenborough pensó durante menos de un minuto antes de pagar en ese punto. El river, por si el noruego no estaba suficientemente tranquilo, trajo una Q que le daba full-house. En el centro había 200 millones de puntos. A Attenborough le quedaban 131 por detrás y Jorstad los quería todos y cada uno de ellos.

Espen Jorstad disparaba el último y definitivo cañonazo. Ponía all-in a su rival, que volvía a tomarse varios minutos para decidir, aunque esta vez parecía más evidente por qué iba a optar. Se giraba hacia su rail, y proclamaba en voz alta "creo que la voy a liar. Algo me dice que esto estará mal, pero me muero de ganas por pagar. Seguro que muchos estarán pensando qué coño hago pensando tanto rato con esta mano...". 

Esta era una de las peroratas que Adrian Attenborough dedicó a su esquina del cuadrilátero, donde sus amigos intentaban mandarle todo el aliento que les era posible, pero hoy formar parte del rail del australiano era formar parte de una misión de riesgo hacia un precipicio. "Hay demasiados putos combos", decía el australiano mientras contaba una y otra vez sus fichas. "De verdad quiero pagar, pero mi mano es muy mala. Lo siento chicos, creo que esto estará mal...", repetía una y otra vez Attenborough antes de que que en una de estas, cogiera un taco de fichas negras y las mandara, de una vez por todas, al centro del tapete. El torneo había acabado en este mismo punto.

Adrian Attenborough rápidamente se daba cuenta de la magnitud del error que había cometido. Más tarde, en declaraciones a PokerGO, Adrian aseguraría sentirse tremendamente orgulloso de haber llegado hasta donde había llegado, a una segunda posición en el torneo más importante del mundo valedera por un premio de 6.000.000 $, aun reconociendo que la última mano "ha sido una cagada enorme. Pese a todo, me siento orgulloso".