La escasa presencia española sobre el terreno nos hace plantearnos cuáles son los motivos
Principalmente son dos hipótesis las que ponemos sobre la mesa
Llevamos ya más de una semana en Las Vegas, tiempo más que suficiente como para que el cuerpo se aclimate a este huso horario, y también a las jornadas de trabajo que rara vez son de menos de 10 horas. Lo bueno a este respecto es que la experiencia de años anteriores ya nos ha servido para aprender esta lección, así que podría decirse que no hay sorpresas de ningún tipo a este respecto.
El tiempo que aquí llevamos también no solo nos ha servido para tener una buena aclimatación para cuando llegue el momento cumbre del festival (el Main Event) sino para observar en primera persona la magnitud del colectivo al que principalmente debemos seguir. Esto por definición se refiere al Team Winamax y al grueso de los jugadores españoles desplazados hasta Las Vegas. En el primer grupo no hay sorpresas de ningún tipo, sin embargo no podemos afirmar lo mismo del segundo. Los días en Sin City nos han servido ya para llevarnos una sorpresa en cuanto a la participación española, y debemos decir que no es precisamente agradable. ¡Hay muchos menos jugadores españoles que en ediciones anteriores a estas alturas!
Cuantificarlo en número es difícil. No hay unos registros concretos a los que agarrarse y eso impide comparar puros números entre un año y el otro, por lo que esta estimación se sostiene en la experiencia personal acumulada a lo largo de los años, no en vano quien firma estas letras ha peregrinado ya a Las Vegas con motivo de las World Series of Poker hasta en nueve ocasiones, la primera de ellas en 2012.
Sin duda, la sensación es que somos menos españoles por aquí que en ediciones anteriores, y al compartir esta apreciación con los aquí presentes, todo el mundo nos confirma ese mismo feeling. Dicho esto, la pregunta que nos hacemos es evidente: ¿por qué?
Para contestar a estas dos preguntas, se nos ocurren dos grandes motivos, los cuales impiden que sean más los jugadores españoles que hayan participado en las primeras cuatro semanas de las World Series of Poker. Este análisis puede no ser válido con el caso del Main Event, pues se trata de un torneo en concreto muy especial, para el que muchos jugadores pueden dejar de lado los dos motivos de los que hablaremos a continuación. De hecho, nos consta que así es. Vamos con nuestro análisis.
1) El hostión de BItcoin
Desde hace algún tiempo las criptomonedas se han convertido en un tema más de conversación no solo en la escena de póker profesional y semi-profesional, sino en la sociedad en general. Raro es aquel que no ha invertido más o menos dinero en algúna crytomoneda, raro es aquel que no tiene un cuñado que ha metido pasta en ese Alt-coin que apunta a multiplicarse por x10 de un momento a otro, y raro es aquel que no ha pinchado un torneo importante y lo ha metido todo al Bitcoin.
Exageraciones al margen, es público y notorio que casi todos los jugadores de póker, acostumbrados a mover dinero por Internet de salas a monederos virtuales y viceversa, han metido la mayoría de ellos parte de sus bancas en el exchange de turno invirtiendo en criptomonedas de mayor o menor fiabilidad. Bitcoin, Ethereum, Solana y Luna son algunos ejemplos.
Bitcoin, la criptomonedas por excelencia y cuya tendencia marca la del resto de criptomonedas , en noviembre de 2021 tocaba su máximo histórico: un BTC se cambiaba entorno a 66.000 $. Corrían tiempos de bonanza, y esa tendencia alcista hacía que el optimismo se contagiara a la velocidad de la luz embriagando a todo aquel que tuviera cierta cantidad de dinero inmovilizado con ganas de invertir. Los jugadores de póker no escaparon a esta tendencia, y fueron muchos los que metieron gran parte de sus ganancias y de su dinero en general en la cryptomoneda de turno.
Pero poco podían imaginar ni los jugadores de póker ni el mundo en general que a finales de mayo de 2022 se viviría una serie de jornadas negras en las que la mayoría de criptomonedas se desplomarían a niveles no vistos desde hacía muchos años. Lo que en noviembre valía 66.000 $ el 18 de junio llegó a vale 18.900 $ (el BTC, vamos), parecido con Ethereum y los que habían confiado sus ahorros o parte de su banca en Luna y el mundo Terra en general, vieron cómo simplemente sus monedas pasaban a valer 0.
Conclusión de todo esto, en lo que tampcoo vamos a entrar a valorar los motivos de lo ocurrido. Simplemente se trata de un hecho, que sin duda ha tenido un impacto en los bolsillos y la economía en general de mucha gente, también de los jugadores de póker: los bolsillos no están tan llenos como hace unos meses.
Por todo esto, un motivo al parecer bastante evidente (y así se nos ha dejado caer por las mesas) de que muchos jugadores que tal vez hubieran optado por venir a Las Vegas a participar en varios torneos de las World Series, hayan optado mejor por no hacerlo.
2) Andorra, ¿la tierra prometida?
Para abordar el análisis del segundo motivo que creemos tiene mucho impacto a la hora de contar con una menor participación española en estas World Series, debemos hacer un par de pasos previos para contextualizar la situación.
Todos sabemos que en España no gozamos de una regulación del juego online que permita participar a los jugadores en las salas ".com" desde suelo español. Eso es, en gran medida, lo que permite que Winamax obtuviera licencia para operar en España bajo el mercado regulado europeo, por ahora unificando la liquidez de Francia y España en un todo.
Bien, dicho esto, es por todos sabido que en tiempos pretéritos, fueron muchos los que optaron por emigrar de España en busca de lugares de residencia que siguieran permitiendo la conexión a salas internacionales. Inicialmente Reino Unido fue uno de los destinos favoritos para la comunidad española: Londres, Bournemouth, Manchester, Cardiff, Bristol fueron destinos a los que se marcharon algunos de los jugadores españoles más reconocidos, atraidos no solo por la posibilidad de seguir jugando en salas ".com", sino también por una tributación muy atractiva para cualquier jugador que se considerara profesional: 0 % de taxes del póker, al considerarse que el jugador ya paga su "tajada" con el rake, que a su vez tributan las salas que operan en territorio internacional.
Pero no nos engañemos: Reino Unido no es España, ni se le acerca... El Sol, la comida, la cultura, el clima... Poco tienen que ver con España, y si a eso le sumamos una distancia considerable, el resultado fue que poco a poco fueran más los que se empezaran a cansar de conducir con el volante a la derecha y buscaran una forma de acercarse a casa en la medida de lo posible. Poco a poco Andorra se fue convirtiendo en un país al que los jugadores de póker profesionales le hacían ojitos.
Llegar y afincarse en Andorra no es tarea sencilla para un ciudadano "raso", pero podría decirse que al jugador de póker profesional promedio, dispone de un poder adquisitivo suficiente como para poder afrontar los costosos trámites burocráticos necesarios para convertirse en ciudadano andorrano y por lo tanto, tener una dirección fiscal en el Principado. El país de los Pirineos cumple mucho de lo que un jugador de póker profesional español anda buscando: posibilidad de seguir jugando en salas ".com", buena conexión con España por carretera y ahora también vía aérea, cultura similar a la española, ocio, deportes y una tempratura que si sacamos de la ecuación la época del invierno más duro, no es tan distinta a la de algunas zonas españolas.
Pero, ¿qué hay de la tributación? Es tan buena (es decir, 0 %) como la de Reino Unido. No, no lo es, pero es un mal asumible, podría decirse. Los jugadores de póker profesionales tributan un 10 % de sus ganancias ya sean online o presenciales, el precio que hay que pagar por tener una vida lo más parecida posible a España.
Con los antecedentes puestos sobre la mesa, nos trasladamos al artículo que escribirmos ayer en el que explicábamos qué es el ITIN y cómo se gestionan los impuestos del póker en Estados Unidos, todo ello para explicar que el país de las barras y estrellas no tiene un acuerdo bilateral con Andorra, de manera que a diferencia de lo que ocurre con Reino Unido o Francia, los jugadores con dirección fiscal en territorio Andorrano ven cómo automáticamente a sus ganancias que sobrepasen los 5.000 $ en Estados Unidos, se les aplica una mordida del 30 %. Conclusión: jugar en EE.UU. para los "andorranos" es EV-.
La comunidad española en Andorra a día de hoy, es muy numerosa. Nos dicen los aquí presentes que tal vez haya entre 150 y 180 jugadores españoles de póker viviendo en el Principado, de manera que parece lógico pensar que este sea un motivo de mucho peso para que gran parte de ellos hayan decidido quedarse en casa y no venir hasta Las Vegas este verano. Un ejemplo claro lo tenemos en Juan Pardo. En condiciones normales, Juan estaría participando en la mayoría de torneos de alto buy-in, como hace en Europa, donde debería afrontar el pago del 10 % de sus ganancias en concepto de impuestos. Pero venir a Estados Unidos, jugar (por ejemplo) un torneo de 250.000 $ como el que jugó Adrián, y saber que de lo que gane el 30 % se irá automáticamente, lo convierte en un torneo injugable, y como ese ejemplo, muchos más extrapolables al resto de jugadores y niveles.
¿El Main Event será diferente? Seguramente sí, al fin y al cabo se trata de un solo torneo, en el que se busca el "One Time", y llegados a ganarlo y meter en el bolsillo (pongamos) 10 millones de dólares, el bendito problema al que un jugador afincado en Andorra se encontraría, sería un mal menor. Pero por lo que se refiere a los torneos regulares previos al Main Event, parece evidente pensar que el factor Andorra es algo muy a tener en cuenta.