El sueco se lleva una medalla de plata por valor de 780.100 €
Sin pacto de ningún tipo. Así se ha decidido el heads-up en el Main Event del EPT París. Primero y principal, porque la regulación francesa no los permite. Y segundo, y seguramente más importante, porque llegándose al heads-up con una ventaja de 2:1 a favor de Razvan Belea, siendo un profesional con más experiencia a sus espaldas que en el caso del recreacional Peter Jorgne, resultaba difícil pensar que ambos jugadores llevaran intención siquiera de acercar posturas y plantear un hipotético pacto. Así se tiraron durante aproximadamente 100 minutos, haciendo circular las fichas de un stack a otro sin que las diferencias se acentuaran en ningún sentido, hasta que llegó la mano en la que se llegó al desenlace del primer EPT París.
Balea abría un nuevo bote a 800k (200k/400k - 400k) con su 76. El sueco comprobaba sus cartas antes de decidir pagar con su 106. El flop traía 1053 dando a Jorgne top-pair mientras que el rumano conectaba un proyecto de escalera al hueco. Belea lanzaba su apuesta de continuación a 600.000 puntos que Jorgne decidía jugar al check/raise hasta 1.500.000.
Belea no fue a ninguna parte: pagaba y ¡oh, sorpresa! 4 en el turn que daba la escalera al rumano. Ahí se empezó a cocinar el bote, para que cupieran todas las fichas en el river. Jorgne apostaba su segundo barrel hasta 2,6M y Belea, después de gastar dos extensiones de tiempo, decidía resubir a 5,6 millones, cuando al sueco le quedaban 9,3 millones por detrás. Call, y todo el plástico restante fue al centro de la mesa en el 4 del river.
El board se doblaba. Jorgne iba all-in y Belea, entre dientes, soltaba algo así como "No creo que pueda foldear esta". Al final, después de pensarlo un rato, acabó haciendo el call correcto para ganar el torneo.
Peter Jorgne, por su parte, se llevaba 780.100 € y el abrazo de su pareja, que durante todo el torneo le estuvo siguiendo a pie de rail.