Tipos de jugador
Obsérvalos. Fíjate en su estilo de juego. En el póker, como en la vida, deberás adaptar tu comportamiento en función de la persona que tengas en frente. Existen perfiles diferentes y tienes que ser capaz de detectarlos, puesto que cada jugador adopta (más o menos conscientemente) un estilo de juego.
Se puede jugar “loose” (abierto) o “tight” (cerrado), pasivo o agresivo. En definitiva, encontrarás cuatro tipos de jugador, tu deber es identificarlos lo mejor y más pronto posible.
- El “loose-pasivo”: es el peor. Juega un rango amplio porque juega todas o casi todas las manos sin distinción. Además, paga las apuestas y no sube casi nunca. Es el oponente ideal, así que no se te ocurra seguir su ejemplo. ¡Y si es tu amigo deberías aconsejarle que deje de jugar al póker!
- El “loose-agresivo”: está en todas las manos y hace subidas muy a menudo. A veces considerado como un loco peligroso pero con el que hay que tener cuidado, depende de su nivel técnico: si es un principiante, será perdedor a la larga. Pero si es un jugador profesional (muchos de ellos adoptan este estilo hoy en día), es un adversario temible ya que controlará estas situaciones, hará buenas lecturas durante el transcurso de la mano y te pondrá en situaciones difíciles “leyéndote” como un libro abierto. ¡No intentes jugar este estilo si no eres un jugador experimentado!
- El “tight-pasivo”: este perfil, cuando entra en la mano siempre tiene una buena mano, así que cuidado. Por otro lado, no apuesta muy grande, suele ir pagando y solamente resube cuando está seguro de ir ganando. Su estrategia, una vez identificada, es demasiado previsible como para que sea molesta.
- El “tight-agresivo”: este es el modelo a seguir, al menos al principio. Hace una selección rigurosa de sus manos iniciales, no tanto por su valor absoluto, sino por la acción que la acompaña. Se trata de un jugador agresivo, en el sentido de que cuando tiene una jugada, está dispuesto a tomar riesgos y apostar fuerte. Esto no quiere decir que nunca vaya de farol. Al contrario. Si con la situación y con la información con la que cuenta, le hace detectar debilidad en sus adversarios, sabrá apostar fuerte, incluso con una mala mano en un flop en el que no haya impactado. Si te cruzas un jugador así… ¡huye de su mesa! O mejor, quédate y evita las manos contra él, y observa su estrategia para inspirarte.