Los "Tells"

"Tell", como la mayoría de los términos empleados en el póker, es una palabra inglesa que designa las pistas que deja escapar el comportamiento de un jugador en la mesa mientras juega, que ayudan a intuir la fortaleza de su mano. No solo se refiere al tamaño de las apuestas, también a su gesticulación cuando este apuesta, sus reacciones, emociones, temblores, palpitaciones, dudas... Hay muchas cosas que merecen ser tenidas en cuenta, que completan tus informaciones y te pueden ayudar en tu estimación de su jugada. Se trata de saber interpretar estas informaciones, sabiendo que los jugadores, sintiéndose observados, pueden actuar para esconder sus intenciones. Ten cuidado, ¡cualquier teatro está permitido en el Texas Hold’em!

Primero, cuando juegues en una mesa estate siempre alerta. En las manos que juegues (evidentemente) y ¡en las manos que no! Esto te permitirá fichar a tus adversarios, asociar emociones o tics con las cartas que muestren al final de la mano. Cuando la misma emoción, o tic, se reproduzca contra ti, tendrás una valiosa pista porque habitualmente este comportamiento corresponderá al mismo tipo de cartas o la misma fuerza que ha mostrado anteriormente.

He aquí algunos ejemplos para darte una idea. Atención: nunca puedes estar seguro al 100% porque los jugadores pueden estar haciendo teatro. De ahí que haya que hilar tan fino para interpretar un tell. Sin duda hace falta experiencia e instinto.

  • Actitud general: un jugador que quiere parecer fuerte tiene una mano débil. Y viceversa. Si se reincorpora en la mesa y te mira a los ojos, quiere intimidarte, probablemente tenga una jugada débil. Lo mismo pasa si acerca sus manos a sus fichas cuando no es su turno para hablar. ¡Quiere impedirte que apuestes! En cambio, si un buen jugador se muestra desinteresado en la mano, ¡cuidado!, probablemente tenga una mano fuerte... Otro ejemplo es la elección del valor de las fichas que un oponente utiliza para igualar: si ves que un oponente te paga utilizando las fichas de valor más bajo, probablemente sea señal de que el jugador no se siente a gusto pagando y por lo tanto no tiene una mano fuerte.
  • El rostro: no te fíes de las expresiones muy marcadas. Generalmente, hay que interpretarlas a la inversa del mensaje que quieren transmitir.
  • La mirada: el que te mira directo a los ojos quiere convencerte de que tires tus cartas. ¡Págale! En cambio el que tiene cara de víctima o la mirada esquiva tiene seguramente una mano sólida. ¡Tírate!
  • Las manos: las manos de los jugadores pueden dar tells muy fiables. Si bien es fácil fingir un rostro concreto, es muy difícil dominar tus manos. Un temblor, una falta de seguridad en el momento al apostar las fichas según lo observado anteriormente, la mayor parte del tiempo es señal de debilidad.
  • La respiración: si es rápida y entrecortada, el jugador no se siente a gusto. ¡Probablemente sea un farol! Si bloquea su respiración, lo mismo. Sabe que le estás observando y trata de ocultar su malestar.
  • La palabra: en el póker, está autorizado hablar durante la mano. Habla a tu oponente como él mismo tratará de hablarte. En los torneos, es muy común ver a un jugador preguntar al que sube cuánto ha apostado o “cuánto le queda por detrás” (¡aunque lo sepa perfectamente!) Lo hace porque trata de detectar el nerviosismo del jugador, o un cambio en el timbre o en la intensidad de la voz. Una voz de sofoco o enronquecida es señal de farol...


Pero, como hemos dicho antes, nuestros oponentes pueden conocer estos principios y tratar de crearnos alguna confusión, por ello no se puede establecer una regla absoluta. Todo depende del nivel del jugador que tengas en frente, de su temperamento, de su nivel...y del tuyo. Un jugador principiante puede desprender mucha información, un buen jugador mucha menos, y un campeón... ¡mejor ni intentar leerle!

Recuerda, cuidado con tus gestos, tus palabras, etc. Si no quieres que tus adversarios te lean como un libro abierto, lo mejor es que permanezcas impasible en todo momento. Fácil de decir, ¿verdad?


Controla tu imagen


Intenta dominar tus emociones bajo cualquier circunstancia, por un lado, para conservar tu lucidez y tu juicio, y por otro, para no dar pistas a tus adversarios. Sí, porque igual que observas a los otros, ellos te observan a ti también...

Sin que sepas por qué, al principio vas a tender a adoptar un estilo de juego acorde con tu personalidad, con tu carácter. Es así, es difícil ir en contra de tu propio instinto.

Con el tiempo y la experiencia aprenderás a no dejar pistas, variarás tu forma de actuar para despistar a tus adversarios, que igual que tú, ¡estarán tratando de “leerte”!