Top 5: los supervillanos del póker

Por dentro

Top 5: los supervillanos del póker

Teddy KGB, Angel, Lancey "The Man" Howard, Le Chiffre... Tienen estilos diferentes, pero todos comparten una misma ambición: hacer imposible la vida del bueno de la película dentro y fuera de las mesas.

Luces, cámara y… shuffle up and deal! El idilio entre el póker y el mundo del celuloide se remonta a mediados del siglo pasado. Por aquella época, raro era el western en el que no se veía a una serie de señores bien metidos en remojo de Jim Beam o Jack Daniels (para gustos, los wiskis) jugándose los cuartos en la taberna de mala muerte de turno. En muchos casos, dicha partida era el primer enfrentamiento entre el bueno y el malo de la película, ya que antes de intentar coserse a balazos en un duelo al amanecer los señores se citaban alrededor del tapete para ir caldeando el ambiente. Porque a nosotros nos gusta ir contracorriente, en este Top 5 no vamos a homenajear al héroe del largometraje, sino al malo malísimo.

Angel (Maverick, 1994)

Bret Maverick
Bret Maverick se gana la vida de salón en salón en el lejano Oeste. Con su pelo anacrónicamente engominado va de partida en partida demostrando su maña en el añejo 5-card draw y desenfundando la pistola si la ocasión lo requiere. Son solo negocios, hasta que se entera de la existencia de un torneo que puede cambiar su vida para siempre. Tras reunir los 25.000 $ de buy-in que cuesta esta suerte de primo lejano del Main Event de las WSOP, el bueno de Maverick se presenta igual de engominado de siempre en el Lauren Belle, un barco de vapor que mece el Mississippi con lo peorcito de cada casa, dispuesto a luchar por los 500.000 $ de premio. Después de eliminar a 18 villanos, el vaquero se queda solo contra el bigotudo Ángel, que suple su falta de talento con la generosidad interesada del crupier. Vamos, un fullero de la peor calaña.

La frase por excelencia: "Por poco me pillas. Eso me ha molestado". 

Punto fuerte: consigue el póker con dos ases de corazones.

Punto débil: propenso a echar mano de la pistola cuando está en tilt.

El secreto para vencerle: cerrar los ojos y desear la carta buena con todas las fuerzas (todo ello mientras te echas la mano al revolver en caso de que el one-outer caiga.

¿Y al final? (SPOILER): Maverick lo quita del medio tras un set-up de infarto (escalera de color contra escalera de color).

Interpretado por Alfred Molina.

Lancey "The Man" Howard (El rey del juego, 1965)

Lancey "The Man" Howard
En medio de la Gran Depresión de los años treinta, Eric "The Kid" Stoner sale hacia adelante gracias a su buen hacer con el 5-Card Stud en la vieja Nueva Orleans. Cuando llega a sus oídos que Lancey "The Man" Howard, famoso por ser el mejor en el asunto, anda por sus pagos, Le Kid no se lo piensa dos veces y se propone pelarle. Con la ayuda de su viejo colega Shooter, quien aún recuerda cómo perdió contra el propio The Man años atrás, organiza una partida privada high-stakes para derrotare a Howard.

Uno de los principales atractivos del film es esa eterna batalla entre la joven promesa que quiere hacer borrón y cuenta nueva con el pasado del naipe y el viejo que considera que no tiene nada que probar. Vamos, un típico tópico. Con todo y con eso, The Kid decide servirse del compinche de Shooter y encarar el heads-up generacional por derecho.

La frase por excelencia: “Se te da bien, Kid, pero yo ande por aquí no pasarás de segundón. Más vale que te hagas a la idea”.

Punto fuerte: una partida a la vieja usanza con un bankroll de cinco cifras (nada mal para la época).

Punto débil: nuestro protagonista tiene tendencia trash-talk sus adversarios tras un poco de slowroll.

El secreto para vencerle: Una buena gestión del bankroll y algo de GTO.

¿Y al final? (SPOILER): Aunque no te lo creas, al final de la trama The Man se impone tras un lance de película: full contra escalera de color en Stud con 5 cartas.

Interpretado por Edward G. Robinson.

Teddy KGB (Rounders, 1998)

teddy
Nadie en el mundo del póker es ajeno a la varianza si ignora completamente un concepto tan básico como el bankroll management. Ni fuera ni dentro de la gran pantalla. Y si no que se lo digan a Mike MacDermott, quien en una escena de Rounders vuelve a la carga con sus 30.000 $ y se da de bruces contra un malnacido set-up, primero, y contra Teddy KGB, jefe de un círculo de juegos neoyorquino y cabecilla de la mafia rusa, después. Aunque el verdadero problema de Mike es su partner in crime Lester "Worm" Murphy, cuyas malas artes le han endeudado hasta las trancas y necesita de Mike para que la cosa no vaya a mayores con el ruso y cía. 

La frase por excelencia: “Me ha vencido sin artimañas. Págale. Dale su dinero”.

Punto fuerte: juega en casa. 

Punto débil: es un libro abierto con determinadas manos.

El secreto para vencerle: con un paquete de Oreo y nociones básicas de lenguaje no verbal va que chuta.

¿Y al final? (SPOILER): Teddy KGB termina yendo all-in y no le sale bien por culpa de Mike. Sin embargo, a pesar de pertenecer a los bajos fondos asume la derrota con deportividad. Todos contentos.

Interpretado por John Malkovich.

Le Chiffre (Casino Royale, 2006)

Le Chiffre
James Bond, nuevo agente doble-cero de los servicios secretos británicos, tiene como primera misión impedir que el terrorista financiero Le Chiffre termine con éxito su plan de hacer volar por los aires la tripulación de la línea Skyfleet. Como lo consigue, el villano albanés decide reponerse del agujero económico organizando una partida high-stakes (10 M$) en el Casino Royale (Montenegro). Bond, el único agente del MI5 con conocimientos de No-Limit Hold'Em, es bancado por Su Majestad para interponerse de nuevo en los planes del sofisticado criminal en esta especie de Very Big One for One Drop en formato winner-take-all. Slowrolls para la posteridad, crisis cardíacas, réplicas elocuentes, set-ups… La partida lo tiene todo.

La frase por excelencia: “Seguro que pensabas que era un farol, Mr. Bond”.

Punto fuerte: un juego perfectamente equilibrado y nociones de GTO nivel Pro.

Punto débil: una gestión del bankroll mejorable y dudoso fair-play.

El secreto para vencerle: mojarse los labios de tanto en tanto un buen vodka-Martini. 

¿Y al final? (SPOILER): Le chiffre cae en manos de Mr. White mientras James Bond hace de las suyas.

Interpretado por Mads Mikkelsen.

Henry D. (El destino también juega, 1966)

Henry Drummond
“Ese dinero representa nuestra nueva casa en San Antonio y el futuro de nuestro hijo”. Meredith y su marido viajan con su hijo rumbo a su nueva vida y convienen hacer un alto el camino a la altura de Laredo (Texas). Allí da la casualidad que se reúnen los cinco hombres de negocios más ricos del territorio, incluyendo al machista y multimillonario Henry Drummond, para jugar su partida anual de high-stakes en No Limit Texas Hold'em. Al esposo, a pesar de ser un manta en el naipe, le puede la codicia y se une a la fiesta de subidas y resubidas con los ahorros familiares como aval, esto es, 20.000 $ de la época. No obstante, durante la partida sufre un desmayo por culpa de la presión y la neófita Meredith se ve obligada a sustituirle con las cartas ya repartidas. La negatividad inicial deja paso a la usura, pues los participantes aceptan de mala gana su incorporación convencidos de que será pan comido...

La frase por excelencia: "Yo vengo aquí para jugar al póker y no para oír zalamerías".

 Punto fuerte: se siente cómodo en el juego loose-agresivo.

Punto débil: hinca demasiado el codo entre mano y mano. 

El secreto para vercerle: ignorar su trash-talk y meterle presión cuando el bote tenga enjundia. 

¿Y al final? (SPOILER) Meredith tiene más guasa de lo que parece y consigue que sus adversarios desconfíen y se tiren.

Interpretado por Jason Robards, Jr.

Otros títulos a tener en cuenta...

Juego de Luna (2001), que relata con más o menos acierto la peligrosa dinámica de las partidas clandestinas en la España de la peseta; Molly's Game (2018), dirigida por Aaron Sorkin, se centra en el ascenso y la caída de la exesquiadora olímpica Molly Bloom; Lucky you (2007), que aunque algunos la tacharon de "drama familiar salteado de un póker brioso pero sin épica", cuenta con varios cameos del mundillo; Lock, Stock and Two Smoking Barrels (1998), del británico Guy Ritchie, un film bien articulado al que no le falta su dosis de humor; Croupier (1998), protagonizada por un joven Clive Owen, cuenta las desventuras de un aspirante a novelista que se mete a dealer para llegar a fin de mes; o el biopic onanista Phil Hellmuth Jr., interpretado por él mismo. Todas tienen sus respectivos villanos, ¡pero te dejamos que lo descubras por ti mismo!
 

Artículo en colaboración con PonceP. 

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ManuS

Periodista. Aquí hemos venido a jugar. ¿O no?