Top 5: Las reapariciones inesperadas

Por dentro

Tocaron la cima y después desaparecieron… Luego volvieron de la nada, en algunos casos con la misma fuerza. Los resucitados más improbables del póker.

Repariciones inesperadas

No todos consiguen permanecer en lo más alto de la jerarquía mundial del póker eternamente. Solo unos cuantos son capaces de conseguirlo, el resto de mortales pelean por mantenerse entre los mejores –cada uno a su nivel- si bien históricamente han sido muchos los que han ido quedando por el camino. ¿Para siempre? No, algunos no. Algunos optaron por desaparecer un tiempo para volver de entre las sombras, en algunos casos con energías renovadas, algunos logrando títulos importantes pasados los años, haciéndose de nuevo con un hueco entre las mesas más mediáticas e incluso reapareciendo en las partidas digitales donde suelen campar los tiburones más feroces de la red. Ahí va nuestro repaso a algunos de esos personajes que desaparecieron para después volver.

Jim Bechtel: el discreto

Jim Bechtel

Muchas cosas pueden suceder en 26 años. Por mencionar algunas de ellas, menos de ese tiempo permanecieron en la Tierra figuras de la música que marcaron tantos sus respectivas épocas como Kurt Cobain o Amy Winehouse. La Gran Pirámide de Keops, por ejemplo, se estima que se construyó en aproximadamente 20 años, y es también entorno al cuarto de siglo plazo medio de las hipotecas en España. Para Jim Bechtel, 26 años fueron los que le hicieron falta para decidir volver al póker y no para hacerlo precisamente de puntillas.

En 1993 Jim Bechtel escribió su nombre en lo más alto del torneo más importante del mundo. Por delante de 230 jugadores, este jugador americano se llevó la victoria en el Evento Principal de las WSOP cuando se definía como un discreto productor de algodón con sede en Gilbert, Arizona. Por aquel entonces, quién sabe si decidió que no se podía llegar a algo más alto que ganar el Evento Principal, pero lo cierto es que desapareció como si la tierra se lo hubiera tragado. Hasta hace unos meses cuando apareció de nuevo en los salones de un Rio de Las Vegas que nunca antes había pisado. Esa moqueta, esos largos pasillos y esas salas llenas de mesas y plagadas de jugadores no asustaron a Jim Bechtel que con 67 años de edad se atizó el 10.000 $ Deuce to Seven Championship este verano para anotarse su segundo brazalete de las WSOP, sin importar tener en frente a algunos de los mayores expertos de juegos mixtos del planeta. Sin saberlo, Jim Bechtel había batido un récord que parecía nadie sería capaz de arrebatar al fallecido Chip Reese: el de mayor lapso de tiempo entre dos victorias en las WSOP, fijando en 26 los años que pasaron entre su primer brazalete y el segundo (dos más que los 24 en que había fijado el récord Chip Reese). Bechtel posó con su nueva joya de oro, pero no concedió mucho más tiempo a los formalismos. Inmediatamente después de ganar, se marchó de vuelta a Arizona sin esperar a protagonizar la típica ceremonia de entrega del premio.

Chris Ferguson: la basura

Ferguson HU

Once años separan la historia de amor y de odio que tiene a Chris Ferguson como protagonista. Once años en los que Chris pasó de ser Jesús a ser Judas. En 2000, Chris Ferguson se convirtió en el ganador del torneo que todos quieren ganar. Se anotaba la victoria en el Evento Principal de las WSOP tras derrotar en el heads-up al legendario TJ Cloutier llevándose así 1,5 millones de dólares a la buchaca, y eso solo unos pocos días de ganar su primer brazalete, en ese caso en modalidad Stud. Otros tres más llegarían rápidamente, en 2003 de hecho ganando su segundo doblete. Genio matemático y malabarista del naipe tal y como quedó demostrado en algún spot publicitario que somos incapaces de olvidar, todavía tenía un as escondido en la manga: co-fundar una sala de póker online tan exitosa como lo fue Full Tilt Poker, acompañado por las estrellas de aquel momento: Phil Ivey, Howard Lederer, Erik Seidel, John Juanda, por mencionar algunos. Todo parecía ir como la seda hasta que la primavera de 2011 sucedió el mayor terremoto jamás conocido en la industria del póker online, el infame Black Friday. Full Tilt cerró sus puertas, como también harían otras varias salas, dejando a millones de jugadores de todo el mundo sin acceso a sus fondos que legítimamente habían ganado y mantenido en su cajero de la sala con confianza ciega de que ahí estarían a buen recaudo. ¿El culebrón podía ir a peor? Sí, podía, desde el momento en el que Howard Lederer y Chris Ferguson fueron acusados de malversar millones de las ganancias de sus asociados de la compañía.

Durante más de cinco años el característico sombrero que siempre luce el bueno de Chris desapareció de las pantallas del radar de los habituales que cubren torneos por todo el mundo. Ferguson había optado por un retiro espiritual que muchos pensaban que sería perpetuo, pero no así nuestro protagonista. En verano de 2016 volvió a abrir las puertas del Rio para jugarse el festival completo de las World Series of Poker ante la estupefacción de muchos. ¿Cómo se atrevía a volver a las mesas después del calvario que tantos y tantos jugadores vivieron viendo como sus fondos, su dinero del día a día, se había quedado congelado en la sala por la gracia de “Dios”? Algunos pesos pesados del póker (Daniel Negreanu y Doug Polk son algunos ejemplos) mostraron públicamente su descontento por verle campar a sus anchas por las mesas como si nada hubiera pasado, sabedores de que poco podían hacer para evitarlo.

Ferguson

Para colmo, no es que la nueva presencia de Ferguson en las mesas del Rio fuera algo testimonial, todo lo contrario. Cuando Chris decidió volver, lo hizo con ganas de jugar todo el lobby, desde los torneos de 500 $ hasta los de 10.000 $, incluso el Tag Team que para darle un toque de morbo añadido, lo jugó formando equipo con Howard Lederer. El climax de esta historia de buenos y malos se alcanzó en 2017, cuando firmó 17 ITM en la fase veraniega de las WSOP a los que sumó otros siete más en las WSOP-E en Rozvadov, fijando un nuevo récord de puestos premiados en eventos WSOP celebrados el mismo año. Por si eso fuera poco, sumó su sexto brazalete ganando el 1.650 € PLO uniendo así su nombre a los de Daniel Negreanu, TJ Cloutier, Jeff Lisandro o Ted Forrest, todos ellos con seis pulseras en su haber. Aunque las aguas a día de hoy se hayan calmado, para el grueso de la comunidad Chris Ferguson seguirá siendo alguien bastante prescindible en las portadas de la prensa especializada.

Aladin Reskallah: el deslumbrante

Aunque en España todavía no estamos familiarizados (ya habrá tiempo) con la Academia Top Shark, os podemos avanzar que alcanzar la fase final de la campaña de reclutamiento más intensa del póker en línea no es solo una maratón. Es un Iron Man celebrado en plena cima del Everest. Una gesta difícil de alcanzar, no para un Aladin Reskallah que ganó primero la edición 2016-2017 rompiendo el récord de puntos anotados en el último evento. No contento con eso, dos años más tarde, en otoño de 2018, volvió por sus fueros para lograr un doblete sin precedentes.

Aladin

El que realmente quiere algo, centra sus esfuerzos y su motivación en un único objetivo, como hizo Aladin: “Cuando decidí comenzar de nuevo, trabajé duro”, nos dijo después de darse cuenta de lo improbable que era su gesta. Pero un tiburón nunca deja de nadar en busca de su nueva presa: “Volví a practicar deporte […] desarrollé una rigurosa turina diaria […], intenté prestar atención a todos los detalles”. En resumen, se transformó en alemán, en el buen sentido de la palabra. Riguroso, estricto, recto. Así hasta lograr su objetivo. ¿Habrá triplete en 2021?

Gus Hansen: el indestructible

Gus

El Gran Danés, ese jugador de gesto amable y desenfadado, que solíamos ver cargado de montañas de dinero en algunos de los shows televisados que marcaron una época cuando el póker empezó a ganar popularidad, tales como Poker After Dark o High Stakes Poker. Gus Hansen es uno de los jugadores más carismáticos y populares de todos los tiempos, aunque para él llegar a la cima no fue un camino de rosas, tanto es así que hubo una época que desapareció por completo centrándose más en las apuestas deportivas y el backgammon que en el póker de forma activa. ¿Qué pasó Gus? ¿Qué te llevó a ese retiro espiritual? El problema llegó en las mesas de ceros y unos, donde cohabitaban los tiburones más fieros del planeta. Gus Hansen, pionero y espejo en el que mirarse para muchos en un tiempo pretérito, se había quedado anticuado, estancado, oxidado, siendo así presa de esa nueva hornada de imberbes jugadores que escalaban niveles a golpe de horas y horas de estudio gracias a las múltiples herramientas que la informática y la red ponían a su alcance. Gus Hansen empezó a perder millones de dólares en la extinguida Full Tilt Poker, algo que bien nos mostró el amigo Victor Saumont en su magnífico documental “Nosebleed”. Tal fue el boquete en su banca, que se le llegaron a escapar 20 millones de dólares en cuestión de meses convirtiéndose en uno de los mayores donantes de la historia del póker online, para alegría de jugadores como Alex Luneau “alexonmoon”, quien engordó su banca a marchas forzadas subvencionado por el danés.

Gus

Esta sangría fue motivo más que suficiente como para que Gus Hansen decidiera desaparecer y no volver a abrir una mesa de póker online en su vida, ya fuera de PLO, 2-7 Triple Draw o cualquier otro juego mixto, donde Gus solía aparecer. Pero ese retiro fue temporal. Al final, como decimos en España, la cabra siempre acaba tirando al monte, y un buen día, con las puertas de Full Tilt Poker ya cerradas, volvió a aparecer por las mesas online causando un tremendo revuelo entre la comunidad. ¿Había vuelto el Gran Danés? ¿Era suyo ese nick del que todos hablaban? “Broksi”, ¿eres tú? Efectivamente, era él. El enigmático jugador con bandera danesa, que repetía los mismos patrones que Hansen protagonizó antaño, había sido desenmascarado, aunque en una versión mucho más descafeinada que la que le llevó a perder ocho dígitos. Gus Hansen, sabedor que el póker en línea es un magnífico lugar donde aprender, mejorar y en definitiva, crecer como jugador, volvía a las mesas un año y medio después de su anunciado retiro, en septiembre de 2016. En unos límites más bajos, y procurando llevar a cabo una mejor selección de mesas que la que le llevó a perder estratosféricas sumas de dinero, protagonizó un nuevo “comeback” que no podíamos dejar de poner en valor.

Stu Ungar: el desastre

El regreso más famoso en la historia del póker es también el más trágico. Estamos en 1997 y con solo 44 años, Stu Ungar parecía estar acabado. Muy lejos quedan aquellas dos victorias consecutivas del chaval neoyorkino que encandiló al mundo del póker en 1980 y 1981 ganando el Evento Principal. El “Kid”, hilarante y jovial, que posó con Doyle Brunson ganaría su tercer grande 16 años más tarde, si bien por entonces cualquier parecido con el jugador que ganó ese doblete consecutivo, era mera coincidencia. Sumido en una profunda decadencia, los años posteriores a coronarse campeón del mundo por dos años consecutivos, los pasó gastando cantidades ingentes de dinero en cocaína, apuestas de caballos, apuestas de galgos… Los biógrafos, de hecho, estiman en 30 millones la cantidad de dinero que Stu Ungar pudo despilfarrar a base de vicios entre 1981 y 1997.

Stu

De 1981 a 1997

Cuando Stu Ungar se presentó en 1997 en las WSOP, pese a su moderada edad, era considerado ya una vieja gloria. Es cierto que siete años atrás, en 1990, se las ingenió no solo para jugar el Evento Principal sino también para alcanzar la mesa final, pero no es menos verdad que su actuación fue tan patética como dramática y surrealista. En el día 2 del torneo sufrió una sobredosis que le impidió ponerse delante de su stack, un stack tal que pese a ir desangrándose poco a poco, le permitió volver al día siguiente para acabar firmando la novena posición. En estas circunstancias, más por lástima y lealtad que por fe en sus posibilidades, Billy Baxter decidió financiarle la entrada al Evento Principal en 1997 en el último minuto. Se le veía acabado, desgastado, quemado como si del Jim Morrison del póker se tratara. Sí, es cierto, pero todavía a esa leyenda le quedaría una página por escribir en su historia de degeneración y éxito.

Las imágenes del último Evento Principal de Stu Ungar están inmortalizadas en YouTube. Sobre estas líneas vemos a un hombre desaliñado, frágil, cansado, cuyas gafas XXL esconden las fosas nasales arruinadas por tanto polvo blanco como se le ha cruzado a lo largo de la vida. Pero también vemos un genio del naipe que siempre fue, ofreciéndonos una última demostración de las excepcionales habilidades que le llevaron a ser quien fue. Victoria en el Evento Principal de 1997, una victoria que dedicó a su hija, cuya foto no soltó en todo el torneo. El premio de un millón de dólares lo compartió con Billy Baxter. Cuatro meses más tarde, la mitad de Stu Ungar se había convertido en humo, un humo espeso y nauseabundo, del crack que se había fumado. En mayo del año siguiente, cuando se inauguraba una nueva edición de las WSOP, Stu Ungar estaba llamado a dar el “Shuffle Up and Deal”, pero ni fuerzas para ello tenía. En los pisos superiores del Binions, Stu Ungar estaba tan colocado que no se podía ni mover. Poco tiempo después, el 22 de noviembre de 1998, fue encontrado en un motel de mala muerte víctima de un ataque al corazón que acabó con su vida. El regreso del jugador de cartas más fascinante de todos los tiempos había sido solo un espejismo.

Flegmatic, PonceP, Benjo y Alex.


Alex

Escribo sobre personas que juegan a cartas, aunque a veces parecen las cartas las que juegan con las personas.

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