Desde el estreno de su libro hasta la mesa final del Main Event, el coach del Team Winamax ha vivido, al igual que sus jugadores, un verano extraordinario. Lleno de orgullo y emoción, nos lo cuenta.

Después de haber dado la palabra a Leo Margets, Adrián Mateos y João Vieira, es hora de cerrar nuestra serie de verano dedicada a las WSOP del Team Winamax con quien los reúne a todos y los une en torno a un objetivo común: Stéphane Matheu. Porque, incluso después de quince años dirigiendo al que ha convertido en el mejor equipo del mundo, el Coach sigue viviendo emociones extraordinarias en contacto con un grupo más competitivo y unido que nunca. Todo ello, al tiempo que supera nuevos retos personales, como la publicación de su primer libro. En plena temporada de vacaciones, nos ha hablado de estos últimos meses, que han sido de los más intensos de su carrera.

El Team Winamax viene de un verano excepcional, con dos brazaletes y una final en el Main Event. En términos de rendimiento, ¿cómo situarías estas WSOP en comparación con todas las que has vivido?
La mesa final de Leo [Margets] añade una dimensión adicional, sin duda. Hemos vivido situaciones similares en el pasado. El décimo puesto de Gaëlle [Baumann] fue un poco frustrante y la final de Sylvain [Loosli] fue un gran proyecto y una experiencia maravillosa, pero como él no formaba parte del Team cuando comenzó el torneo, no fue exactamente lo mismo. Leo lleva siete años en el equipo. Su trayectoria en el torneo y toda la historia que lo rodea lo convierten en un recuerdo inolvidable. En cuanto a Las Vegas en general, ha sido una de las mejores ediciones que hemos tenido: dos brazaletes, cinco finales y un 25 % de ITM en todo el festival, es enorme. Estamos solo un peldaño por debajo de 2021, con ese final de locos marcado por tres brazaletes en una semana. Además, a nivel personal, yo había vivido las tres victorias allí, mientras que este año no estuve presente para los dos brazaletes, ya que llegué más tarde para el Main. Pero con un nivel de éxito tan alto, ni siquiera quiero comparar. Fue una experiencia fabulosa y una locura de emociones para todos.

Cuéntanos sobre esas emociones. Sentimos que este año fueron especialmente intensas, sobre todo en el momento en que cayó el famoso 2 de tréboles...
Voy a dar una interpretación muy subjetiva, pero tengo la impresión de que Leo despierta en la gente emociones especiales, más intensas. Ella misma es muy emotiva y desprende buenas vibraciones positivas, lo que la hace muy contagiosa emocionalmente. Así que, cuando las cosas van bien, te ves inundado de emociones por ella. Ya lo había sentido en 2021, cuando ganó su brazalete. No era el más grande, era el último torneo de Las Vegas, casi no había público, pero su victoria me había emocionado mucho. Así que, por supuesto, aquí, en el Main Event, nueve días de póker muy intensos, todos esos giros inesperados... Y luego, sí, ese coin flip... Puede que solo sea un coin flip, pero por cómo se desarrolló la jugada, al final tuve la impresión de que me había caído un rayo, con una sensación que partía de la parte superior del cráneo y me dejaba clavado en el suelo. Llevo quince años haciendo esto, estoy muy satisfecho, he vivido muchos momentos increíbles, pero en ese momento sentí una descarga emocional sin precedentes.

“Para ser eficaz, necesito mantenerme neutral”

¿Cómo se concilia el papel de entrenador con esta implicación emocional?
Parto de la base de que mi papel como entrenador es mantener una postura lo más neutral posible, y más aún cuando trabajo con una jugadora tan emotiva como Leo, que está sujeta a muchos cambios emocionales. Para ser eficaz con ella, necesito mantenerme neutral para comprenderla mejor y acompañarla en lo que le está pasando. Por eso, normalmente me gusta mantenerme un poco alejado de la pista, para evitar este tipo de descargas emocionales. Leo tardó media hora en recuperarse después de ese golpe, por suerte hubo un descanso justo después. Fue una buena coincidencia, porque fue tal la avalancha de emociones que no estoy seguro de que hubiera sido capaz de jugar bien.

¿Cuál fue el método de acompañamiento para Leo hasta la mesa final? ¿Era ella quien lo solicitaba? ¿Qué necesitaba?
La historia en sí misma sobre estas WSOP es bonita. Llevamos años trabajando juntos con Leo y siempre he intervenido cuando ella lo ha necesitado. En este caso, me llamó unos diez días antes de irse a Las Vegas, con una serie de problemas. Se hacía muchas preguntas, estaba un poco indecisa. Así que empezamos a trabajar en ese momento, con dos videoconferencias bastante profundas. Se marcha, su comienzo en Las Vegas va muy bien, con dos deep runs, y cuando llego a finales de junio, nos damos cuenta de que nos alojamos en la misma residencia, en el Meridian. Llevaba allí dos días, ella casi un mes, y me dijo que quería que habláramos. Estaba contenta con lo que había conseguido, pero tenía la impresión de que las cosas se tambaleaban. Así que, antes del Main Event, establecimos una rutina. Casi todos los días, y luego cada mañana desde el momento en que la seguía En la Mente de un Pro, venía a tomar un café a mi apartamento. Era una conversación que, dependiendo del día, duraba entre treinta minutos y una hora y media, en la que repasábamos cómo se había sentido el día anterior, establecíamos los objetivos del día, cómo iba a gestionar sus emociones... Una vez más, mi papel es adaptarme a cada persona y, en el caso de Leo, se trataba de gestionar sus emociones, aceptar encontrarse en situaciones incómodas, en situaciones complicadas con mucha presión que gestionar, pero sacar algo de ello, disfrutar en lugar de deshacerse de ello. La consigna para ella era sentirse orgullosa de cada decisión. Y al final, el balance de su Main Event es casi perfecto.

“Este grupo está más unido que un equipo de fútbol.”

Este Main Event también fue una oportunidad para reunir al Team.
Me encantó ver eso. Todo el mundo se movilizó para apoyar a Leo. Sin duda, es uno de los momentos más destacados de mi carrera como mánager. Cuando llegó al Día 7 u 8, João [Vieira], que había regresado a Portugal, me escribió inmediatamente para decirme que estaba disponible si Leo necesitaba hablar de estrategia. Lo mismo hizo Adrián [Mateos], de forma totalmente espontánea, sin que yo se lo pidiera. Hubo un increíble movimiento de apoyo y solidaridad por parte de todo el equipo. No quiero desvelar nada porque lo grabó En la Mente de un Pro, pero la víspera de la final, Leo, Adri y yo tuvimos una charla de hora y media: fue una clase magistral de póker, de mentalidad, de todo. ¡Me dieron ganas de volver a firmar por quince años! Este grupo está más unido que un equipo de fútbol, aunque sean jugadores de póker. Es paradójico, estamos en una disciplina muy individualista, se podría pensar que cada uno juega por su cuenta. En cambio, vi a todo el equipo apoyar a Leo, ofrecerle su apoyo incondicional, con un fuerte deseo de que tuviera éxito. Eso es lo que más me emocionó de toda mi estancia en Las Vegas. El Main Event, lo que había en juego, todo eso cristalizó la cohesión del grupo a un nivel que nunca había visto antes.

¿El entrenador también necesita descansar después de haber vivido todo esto?
Las Vegas siempre marca, en cierto modo, el final de la temporada. Después hay un mes prácticamente sin eventos, los jugadores aprovechan para descansar y yo hago lo mismo. Aunque paso menos tiempo en Las Vegas que antes, estuve allí tres semanas y media, los días son largos e intensos, los pasas encerrado en un casino, así que sienta bien salir y tomar el aire.

Tu verano también estuvo marcado por la publicación, el 5 de junio, de tu primer libro, "Vous avez les cartes en main" (Tienes las cartas en la mano). ¿Cómo surgió el proyecto?
No fue algo premeditado por mi parte. Varias personas de mi entorno ya me habían hablado de ello, pero me parecía una tarea enorme y no sabía por dónde empezar. A finales de noviembre de 2024, recibí un mensaje privado en Instagram de un tal Florian Lafani. En su mensaje, me decía que llevaba 10-15 años observando mi trayectoria, que encontraba interesante mi enfoque del rendimiento y la psicología y que quizá habría alguna forma de compartirlo a mayor escala. Terminó preguntándome si alguna vez había pensado en escribir un libro, y añadió su número de teléfono y su dirección... ¡y entonces me di cuenta de que era el director general adjunto de la editorial Michel Lafon! Así que, aunque en un principio me parecía poco plausible lanzarme a ello, decidí abrir la puerta y aceptar la cita.

“Me parecía insuperable.”

¿Cómo fue?
Hablamos largo y tendido y él me ayudó a aclarar mis ideas. Tenía el contenido, pero necesitaba estructurarlo. Escribir un libro es todo un proceso, hay varias formas de hacerlo. Después de confirmar que mi estilo de escritura les convenía, decidí escribirlo yo mismo, con la ayuda de una editora que me guiaba (por cierto, muchas gracias a ella, fue increíble, me asesoró muy bien). Lo que me convenció fue que: 1) es halagador que una editorial así se interese por ti, 2) era mi One Time para legar algo, para condensar todo lo que he hecho durante todos estos años, y 3) me permitía ampliar mi público, llegar a mucha más gente que las decenas de jugadores a los que entreno. Así que el 15 de diciembre acordamos que la fecha de publicación sería el 5 de junio. Tenía que escribir alrededor de 250 000 carácteres, es decir, entre 230 y 250 páginas. Me parecía insuperable y, al final, se cumplió el calendario al día: ¡empecé a escribir el primer lunes de enero y terminé el 15 de marzo!

En el libro, detallas tu método de coaching basándote en una serie de ejemplos extraídos de tus experiencias personales y profesionales. ¿Cómo lo has construido?
Desde el momento en que decidí lanzarme, lo primero que se me vino a la mente fue que no quería escribir un libro de desarrollo personal convencional, como los que abundan, con conceptos que ya se pueden encontrar en Internet. En su lugar, la idea, y por eso se pusieron en contacto conmigo, era abordar estos conceptos a través del prisma del póker, para darle al conjunto un toque más intrigante y atractivo. Así que hablo de conceptos importantes —la inteligencia emocional, la aceptación, la determinación de objetivos...—, pero con un enfoque divertido y una colección de anécdotas interesantes, mezclando fragmentos de la historia del póker, del deporte y momentos más personales.

“El libro me ha despejado la mente y me ha abierto nuevos horizontes.”

¿Qué has aprendido sobre ti mismo durante el proceso de escritura?
Llevo mucho tiempo trabajando en mí mismo, pero este libro ha sido un gran ejercicio de introspección. De hecho, quería hablar de mí sin que fuera una biografía, lo que me obligó a buscar una mejor comprensión de por qué pienso como pienso, para poder explicarlo. Me permitió afinar algunas cosas que ya sabía sobre mí mismo, volver a mi memoria para tratar de encontrar el origen de esa búsqueda de sentido que tengo desde hace mucho tiempo. Me llevó a hacer cosas inesperadas: me encontré revisando todo mi historial de partidos de tenis de mis ocho años de carrera profesional. Fue fabuloso, me trajo recuerdos que había dejado de lado, como aquella vez que me descalificaron de un torneo, que utilicé para hablar de la ira. Me despejó la mente, me abrió nuevos horizontes y, en general, me sentó muy bien mentalmente.

¿Cómo fue recibido el libro?
Tengo la impresión de que ha tenido buena acogida en las redes sociales del mundo del póker. He recibido bastantes mensajes en Instagram de gente que lo ha leído y, sobre todo, todos los comentarios que he recibido hasta ahora son positivos. Así que estoy muy contento, ¡espero que dure! En cuanto al resto de la promoción, eso lo gestiona la editorial, que tiene su propia estrategia de comunicación. He firmado ejemplares que se han enviado a diferentes redacciones. La idea es que algún medio se interese, que me inviten a un programa para hablar del libro y que eso lo lance. Pero eso me supera un poco. Lo que es genial, en cualquier caso, es que se distribuye en todas las tiendas FNAC de Francia y que estoy en la cabecera de la sección "Empresas". Por lo que me han dicho, parece una buena señal. No lo hice por dinero, pero si funciona bien, mejor que mejor.

¡Muchas gracias Stéphane!

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