Sacudió al mundo del póker al alcanzar la mesa final del Main Event de las WSOP. Preparación mental, coaching, expectativas del público: tres semanas después, Leo Margets te cuenta los entresijos de su hazaña.

Después del ruido, la tensión y la furia de Las Vegas, ¿y si nos sentamos a conversar tranquilamente con quienes marcaron los WSOP 2025 con su huella? Ese es el concepto de nuestra serie veraniega junto a los miembros del Team Winamax. Cinco entrevistas, repartidas a lo largo del mes de agosto, para comprender mejor qué pasa por la cabeza de nuestros profesionales durante esos momentos clave, darles tiempo para analizar sus emociones, compartir sus métodos de trabajo y proyectarse hacia lo que aún les queda por lograr. Por supuesto, comenzamos con la gran heroína de esta edición 2025, quien conmovió al mundo entero del póker con su mágico recorrido en el Main Event: Leo Margets.

Hola Leo. Tres semanas después de ese formidable 7.º puesto en el Main Event de las WSOP, ¿cómo ves ahora ese resultado y tu recorrido?
¡Fue una locura! Viví mi sueño, el sueño de cualquier jugador de póker. Claro que me hubiese encantado jugar un día más, pero no me puedo quejar. Estoy muy feliz, aunque ya lo estaba incluso justo después de mi eliminación. Por supuesto, en el momento sentí mucha tristeza. Lloré durante diez minutos cuando subí a mi habitación. Dejé que las emociones me invadieran, pero me recompuse muy rápido, porque no tenía ningún arrepentimiento. Lo mejor que me llevo de toda esta experiencia es haber logrado ser la Leo que quería ser en esa situación. Y eso no era tan fácil, porque sabía que iba a sentir mucha presión y tensión. Así que mi sentimiento general no ha cambiado tanto desde hace tres semanas hasta ahora. No estuve dos días hundida, como a veces puede pasar. Me di cuenta muy rápido de lo que acababa de lograr.

¿Aun así sentiste esa presión de la que hablas?
Parte del desafío era gestionar las emociones de las personas a mi alrededor. Todo el mundo estaba tan emocionado, ¡yo también! Pero no quería quedarme ahí y decir: “Listo, ya hice mi trabajo”. Sabía que ya era una hazaña haber llegado a la mesa final, pero todavía quedaba muchísimo por hacer. ¡El torneo no había terminado!

¿Cómo te convenciste de eso, precisamente?
Estaba muy bien preparada. El aspecto mental fue donde estuve mejor durante este torneo. El día entre el Día 8 y la final era técnicamente un “día libre”, pero yo no lo tomé así: lo usé para prepararme. Fue un día sin cartas, pero para mí, era parte del Main Event.

¿Cómo transcurrió ese día?
Hablé mucho con Stéphane [Matheu], como lo habíamos hecho casi todos los días desde que llegué a Las Vegas. Fue un verdadero punto de inflexión para mí. De hecho, descubrimos que nos alojábamos en el mismo edificio, a cinco minutos uno del otro, así que por la mañana venía a tomar café y hablábamos más o menos tiempo, según lo que yo necesitara. Eso me ayudó mucho a mantener mis objetivos claros. También vi a Adrián [Mateos]. No hablamos nada de estrategia, simplemente de lo importante que era ese momento para mí y de que iba a experimentar muchas emociones. Ya me sentía segura en ese momento, ¡pero salí aún más confiada! Fue un día genial.

"Aceptar sentirse incómoda"

¿Qué fue lo más difícil de manejar durante el torneo? ¿Lo técnico, lo mental o lo físico?
Diría que lo más difícil fue aceptar sentirse incómoda. Normalmente, consciente o inconscientemente, uno tiende a evitar esas situaciones. Pero cuanto más te acercas al más alto nivel, más tienes que aferrarte a esos momentos, incluso desear encontrarlos, porque forman parte del juego. Estaba tan concentrada en eso, que terminé jugando sin verdaderas expectativas, ni de ganar ni de ser eliminada. Eso fue lo que me permitió estar tan presente, estaba en el momento.

¿Qué aprendiste sobre ti misma gracias a este recorrido?
Aprendí muchísimo, ¡y eso que llevo 17 años jugando! La lección más bonita fue darme cuenta de que, incluso estando hiperconcentrada y con mis objetivos claros, juego mucho mejor cuando me divierto. ¡Y en este torneo me lo pasé increíble! Podía ser yo misma, no necesitaba la validación de nadie. Lo más importante para mí era ser capaz de explicar por qué tomaba cada decisión, y estar en paz con cometer errores. Porque todos nos enfrentamos, en algún momento, a situaciones donde no sabemos qué hacer, y es normal. Una vez que aceptas eso, curiosamente terminas cometiendo menos errores.

Durante la parte final del torneo, te vimos vivir cada "all-in" de espaldas a la mesa, mirando a tu rail y sin ver las cartas. ¿Por qué hacías eso? ¿Era demasiado intenso?
No lo sé, no me lo cuestioné. Las personas que estaban en mi rail eran todos amigos cercanos. No solo “colegas de póker”, sino amigos de verdad, y no uso esa palabra a la ligera. En esos momentos en los que nada dependía de mí, solo de las cartas, me sentía bien con ellos, segura. ¡Tanto así que ni siquiera me daba cuenta de que los miraba a ellos en lugar de a la pantalla! Me hizo mucho bien tenerlos a mi lado, las emociones se multiplicaban.

"De repente, solo escucho gritos"

Y entonces, cuando cayó ese famoso 2 de trébol...
Vi en sus caras que había salido un As en el flop. Luego empezaron a gritar “¡Trébol! ¡Trébol!” Y de repente, solo escuchaba gritos, mis gafas estaban sucias, casi que me preguntaba dónde estaba. Así que cuando tuve que volver a la mesa después de eso, lo último que quería era jugar otra mano. Y me gusta decir que el momento en que mejor corrí en todo el torneo fue justo después, cuando nos fuimos al descanso. Sin eso, me habría costado mucho volver a concentrarme. Estaba completamente sobrepasada por las emociones. Fue tan intenso que tardé quince minutos en calmarme. Incluso después de la pausa, todavía tenía imágenes de mis amigos gritando de alegría. Jamás olvidaré eso. De hecho, cuando me eliminaron, uno de los primeros pensamientos que tuve fue que ellos también se merecían llegar más lejos.

Además de eso, ¿sabías que en todo Vegas, y en el mundo del póker en general, una gran parte de la comunidad estaba contigo? ¿O lo descubriste más tarde?
Corté mis redes sociales después del Día 6, sabía que eso me ayudaría. Pero caminando por el Horseshoe, podía sentir lo que estaba pasando. El día de la final, incluso la madre de Michael [Mizrachi] vino a decirme: “Es duro, mi corazón está dividido: mi hijo está en la mesa, pero también quiero verte ganar”. ¿No es una locura? Todo el mundo quería verme triunfar, tuve mucha suerte de poder sentir eso. Es extremadamente raro estar en una posición donde la gente puede expresar tanto amor y apoyo. Y no solo tus amigos, que ya sabes que te quieren, sino sobre todo desconocidos. Estoy inmensamente agradecida por todo eso.

¿No fue difícil volver a la realidad después de esa locura?
Acepté muy rápido ese séptimo lugar. Pero sí sentí una especie de “resaca emocional”. Durante diez días recibí muchísima dopamina y adrenalina, mis objetivos estaban claros y de repente... se terminó. Me sentí un poco vacía, sin rumbo. Pero creo que es normal, intento no ser muy dura conmigo misma. Necesito un poco de tiempo para recuperarme. Por ejemplo, no tengo nada de ganas de hacer deporte ni trabajar en mi juego, ¡cuando normalmente me encanta! Me cuesta hasta hacer el mínimo esfuerzo, es como si me hubieran vaciado. Ahora mismo, mi cerebro necesita ver videos de YouTube y abrazar a mis gatos.

"¡No voy a ponerme a jugar las Triton!"

¿Ese resultado, y los 1,5 millones de dólares que lo acompañan, cambian algo para el resto de tu temporada?
Voy a ir a Barcelona, pero solo para jugar el Main Event. Después será el WPO en Aix-les-Bains. Lo que está claro es que no voy a ponerme a jugar los Triton! Quizá juegue algunos torneos de 10K, otros de menos de 1K, pero mi calendario no va a cambiar tanto. Quizás haga un viaje a Bahamas a finales de año.

Ya tenías un brazalete WSOP, y ahora una mesa final en el Main Event, dos logros enormes: ¿cuáles son tus próximos objetivos?
Para ser honesta, ni el brazalete ni la mesa final del Main Event formaban parte de mis objetivos. Lo he hablado con muchos jugadores, incluidos algunos del Team: no me gusta tener metas que no dependen de mí. Me gusta mi enfoque, que es prepararme lo mejor posible para aprovechar las oportunidades que se presenten. Y con esa forma de pensar, tanto en la vida como en el póker, estoy segura de que muchas cosas buenas seguirán llegando.

No lo dudamos ni un segundo. ¡Muchas gracias Leo!

WSOP del Team W: el programa de tu serie veraniega:

20 agosto: Adrián Mateos
27 agosto: João Vieira
29 agosto: Stéphane Matheu

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