[Blog] El broche de oro

Por dentro

Broche

La primera vez que jugué el Main Event de las World Series of Poker, también conocido como el torneo más bonito y prestigioso del mundo, fue en 2006. Por aquel entonces, conseguí clasificarme online por tan solo unos cientos de dólares. Simplemente, con tan solo pensar que iba a jugar este torneo mítico ya me sentía de una forma excepcional. El ambiente era una pasada, me sentía en mi elemento. El Día 1 subí mi stack bastante rápido, eliminando a casi todos los jugadores de mi mesa.

Sin embargo, el Día 2 no me fue demasiado bien. Tenía un gran stack, pero me enfrenté a un jugador que estaba en mejor forma en fichas. QQ contra KK. Así terminó mi participación, aunque aprendí una valiosa lección: puedes (y debes) tirarte incluso cuando tienes buenas manos.   

Un sueño compartido 

La familia al completo desembarca en el estado de Nevada.

Con el paso de los años he aprendido a relativizar las eliminaciones. Son momentos para reflexionar, aprender de mis errores para volver más fuerte y, como objetivo final, terminar ganándolo un día. Porque, siendo honestos, esto se acerca más a un sueño que a un objetivo.  Un torneo que cuenta con más de 8.000 jugadores y teniendo en cuenta la varianza inherente al póker, es casi imposible ganar este torneo en una muestra tan corta como la vida humana.

En 2007 alcancé el ITM. En 2017 volví a cobrar, e hice lo mismo en 2018 y este mismo año, por tercera vez consecutiva. 

¿Cómo explicar ese vacío de 10 años? La mayor parte del tiempo estaba agotado. Me quedaba en Las Vegas desde el principio hasta el final (un mes y medio o dos allí) y el Main Event era el último torneo que jugaba. La mayor marte de las veces no tenía ni la energía ni la paciencia que un torneo tan maratoniano requiere.

¿Qué ha cambiado en estos últimos tres años? Simplemente que he aprendido de mis errores. Lo primero es que ya no llego tan pronto a Las Vegas y, lo segundo, es que el Main Event ya no constituye el último torneo del festival. Me siento más fresco mental y físicamente. Además, desde el punto de vista estratégico, le doy más importancia a la noción de sobrevivir y escucho más a mi instinto, especialmente, haciendo folds importantes. 

Toda mi carrera de jugador de póker ha estado estimulada y enfocada a ganar el Main Event algún día. Este torneo le da alas a mi energía y me llena de inspiración y esperanza. Es gracias a él que mi pasión por el póker permanece intacta y que mi motivación perdura. Esta en mi mano transformar este sueño en una realidad. Tengo ganas de creer y haré todo lo posible para ello.

formula

Antes de iniciar mi viaje a Las Vegas este verano, decidí prepararme a fondo viendo las mesas finales de los años precedentes, así como autoimponiéndome una línea de conducta con reglas que mantener. Además, me distraje ideando una fórmula matemática para determinar la probabilidad de concebir este sueño (ganar el Main Event), a partir de ciertos factores que considero determinantes. Sé que no son matemáticas convencionales, pero aún así me gustaría compartirlo con vosotros. 

Mi Main Event 2019

Al contrario que en pasadas ediciones, este año no tuve muchas ocasiones para aumentar mi stack. Con mi estilo de juego low variance, me propuse encontrar situaciones favorables contra adversarios que no saben foldear o recibirlas de jugadores menos "aguerridos". Sin embargo, estos enfrentamientos no se dieron tanto, aunque sí conseguí avanzar gracias a un grind continuo a base de apuestas de continuación y de segundos cañozanos de farol cuando el flop me lo permitía. 

Un temblor de tierra en pleno Main Event resulta difícil de digerir... ¡especialmente cuando vas con dos Ases!

Fue finalmente en el Día 3, tras el dinner break que por fin comencé. Me llegaron tres buenas manos: de primeras, me doblé con AA contra K9o, luego perdí una mano con KK contra el mismo jugador, que tenía A5s. Una pena, pues ganando esa mano hubiera tenido un stack importante para afrontar la burbuja con tranquilidad. Tuve que tirar algunas manos importantes, como As-Dama o una pareja de J contra un jugador alemán bastante agresivo. No estoy nunca completamente seguro de mis folds, pero especialmente en un torneo de este tipo, no hay por qué avergonzarse de ser más conservador.

Me tocó "apretar el culo" durante los últimos niveles de la jornada para estar plazas pagadas con menos de quince ciegas. En el Día 4 tuve la suerte de triplicar mi stack rápidamente y ganar algunos botes. Es la jornada más dura porque todo el mundo está "in the money" y la presión se rebaja. Perdemos casi al 75 % del field y los encuentros preflop parecen ser inevitables. No hay que temer incorporar un poco de varianza en el juego y es lo que hice... sin mucha suerte. Salí el 622º (AQ contra AK cuando no me quedaban más de 20 ciegas), muy lejos de mi sueño pero con muchas lecciones positivas que guardar para la próxima vez. 

davidi

En conjunto, puedo ver el vaso mediolleno del 50º aniversario de las WSOP. Asimismo, también algunos errores que trataré de no volver a reproducir en los próximos años. Si tuviera que hacer un resumen, se parecería a esto:

Los puntos positivos

Puse mi stack en juego muy poco antes del Día 4. Solo dos veces y con los Ases all-in preflop.
Hice grandes cambios de velocidad, pasando de un nivel al otro a un VPIP de más del 60 % a menos de un 20 %, según la tendencia que tenía en la mesa y el perfil de mis rivales.
Hice bastantes faroles hiperrentables, con una tasa de éxito casi perfecta. Aunque no arriesgaba una gran parte de mi stack, la gente foldeaba muy a menudo, así que mis 2-barrels funcionaban bien, cuando no eran apuestas de un tercio o la mitad del bote, lo que me permitía llevarme manos interesantes. Los americanos realizan muy a menudo una apuesta de continuación, con lo que ciertos check/raises en el flop con algo flojo han funcionado bastante bien también. 

Los puntos negativos

Los jugadores americanos underbluffean mucho, especialmente en el river. En la duda, más vale saber tirarse de nuestros bluff catchers, aunque en cierto que en un EPT nunca hubiera realizado ni la mitad de estos folds. En otros spots, no encontré el botón, aunque mi mano, bastante fuerte, no ganaba ni un farol.  
Por el contrario, me tiré en el river contra un jugador indio en un bote importante del Día 4. Yo tenía un bluff catcher, y tras cuatro minutos de tankeo, no pude hacer call. Haber visto las nuts siempre en las manos de los americanos me condicionó bastante, pero olvidé que aún queda gente a la que le gusta farolear. Saber leer el perfil de los adversarios es la clave en un torneo como el Main Event, ya que permite adaptar el juego de la mejor forma posible ante las debilidades de los demás. 

Tengo muchísimas ganas de volver a jugar este torneo el próximo año, creo que puedo hacerlo mejor y también creo que el día en que pase del maldito Día 4, con los grandes escalones que hay y mi experiencia, ¡seré muy peligroso!

¡Nos vemos!


KitBul

EPT, WPT, WSOP: ningún circuito mayor ha podido con la sed de victoria del belga del Team Winamax, que continúa sin estar satisfecho.

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