[Blog] Unas WSOP para el recuerdo (5ª parte)

Por dentro Torneos Live hace más de 3 años.

En capítulos anteriores... Tras un travesía por el desierto de Nevada en formato card-dead, Romain Lewis se encuentra cómodamente sentado en la segunda mesa televisada del Main Event de las Series Mundiales. Ahora queda rematar la faena y entrar en el Día 5. 

En una hora en vivo jugamos alrededor de veinticinco manos. En el Main Event de las WSOP esta cifra se reduce a unas veinte. Recibimos un par de ases cada doscientas veinte manos de media, es decir, una vez por jornada. Si pudiera elegir el momento sería en el último nivel. Si pudiera…

Faltan dos horas para el término de la jornada. He alcanzado el último nivel. Las cartas están repartidas. Y aquí llegan mis dos bonitos ases. ¡Qué placer! No he jugado lo bastante como para ser indiferente a este tipo de estímulos. Sin precipitarme empiezo a acariciar cuatro fichas naranjas y las coloco tras la línea blanca. Uno de mis vecinos a mi derecha devuelve sus cartas. En ese momento me doy cuenta que la combinación Deliveroo sushi con baño en la piscina de la villa durante el dinner-break está dando sus frutos. Me siento fresco. Y sobre todo cargado de munición.

Kiss my aces

Hace un minuto que el jugador canadiense a mi derecha se lo piensa. Y mi cabeza suplica: “Súbeme, por favor”. Le echo un vistazo a su stack y me doy cuenta que tiene tantas fichas como yo. No voy a mentir: a pesar de todo logro disfrutar de estos momentos de intensidad, aunque empiezo a lamentar no haberme tomado clases de teatro en mi juventud. No me sale fingir que todo va bien y charlar como si estuviera en familia. No tengo tanta confianza. Un día me saldrá. O eso espero.

El colega me mira y le correspondo haciendo lo propio hasta que se tira. ¡Es como si me hubiera leído la... Seguir leyendo