[Blog] ¡Yo asumo!
dentroAquellos que me leen con cierta asiduidad ya se habrán dado cuenta de que suelo seguir una lógica particular cuando escribo una nueva entrada del blog: parto de un tema general que me estimule e intento llevarlo al mundo del póker con objeto de sacar conclusiones. En esta ocasión os propongo que abordemos una cuestión que tiene más importancia de lo que creemos: asumir las consecuencias de nuestros actos.
Desde pequeños tendemos a tener esta malsana costumbre que nos impide ser consecuentes con las decisiones que tomamos. Por ejemplo, si cometíamos un fallo siempre teníamos a alguien al lado a quien echarle las culpas, como nuestro hermano pequeño o incluso el perro. Éramos conscientes de que habíamos hecho algo mal, pero una sensación de vergüenza nos impedía afrontarlo. Una dinámica que continuaba en el instituto. Recuerdo que cuando sacaba malas notas no era cosa mía, sino que la asignatura era complicada y/o el profesor era duro. Sin embargo, cuando sucedía al revés, el mérito era todo mío. Era un crack. Una manera de pensar que me servía también cuando jugaba a la consola (la típica excusa del mando). En este tipo de situaciones observamos lo que se llama “sesgo cognitivo”, un mecanismo natural de autodefensa que permite que no nos deprimamos cada vez que tomamos una mala decisión.