[Blog] The Volatile's Gambit

Por dentro GeneralLIFE STYLE hace más de 3 años.

Me gustaría cerrar 2020 hablando de una de mis primeras pasiones: el ajedrez, que en estos momentos goza de gran popularidad gracias a la serie de Netflix Gambito de Dama (The Queen's Gambit, en inglés). El nuevo éxito de la plataforma norteamericana ha reavivado mi amor por una disciplina que, aunque pocos lo sepan, descubrí mucho antes que el póker.

Y lo hice a través de mi padre, que desde siempre ha jugado y cuyo mejor amigo era profesor de ajedrez. Con doce años me uní al club. Hasta entonces y desde bien pequeño, toda mi vida deportiva había girado en torno al fútbol, así que el cambio de las botas por el tablero fue bastante brusco. De hecho, recuerdo muy bien el asombro de mis compañeros equipo la primera vez que les dije que no contasen conmigo para entrenar porque tenía ajedrez.

El (casi) mate del pastor 

volatile
Durante dos años me encontré completamente atrapado en el juego. Su complejidad, sus infinitas variantes, la posibilidad de jugar contra oponentes de todas las edades, el chute de moral al encontrar un fallo ajeno… ¡Estaba a tope! Jugaba durante los entrenamientos y, una vez en casa, seguía intentando mejorar mi juego gracias a un tablero electrónico que me regalaron mis progenitores (aprovecho para profesar mi admiración por el detalle).

También tuve la oportunidad de participar en torneos a una edad relativamente temprana, algo que estimuló sobremanera mi espíritu competitivo. Al principio me llevaba unas palizas de miedo, sin embargo, desde el primer jaque mate, caí rendido a esa atmósfera silenciosa que caracteriza los campeonatos, al tintineo de las piezas, al tictac de los relojes, al sonido de los lápices apuntando… ¿Sabes de qué hablo? Tras varias intentonas y, sobre todo, muchas horas de... Seguir leyendo