Hola a todos,

espero que estéis todos bien mientras nos adentramos en el verano y en otra gran edición de las World Series of Poker.
Aparte de la Eurocopa 2024 en Alemania y los Juegos Olímpicos en Francia, nuestras Series Mundiales siguen en el desierto de Nevada, al otro lado del Atlántico, y la emoción para mí sigue intacta, seis años después de mis primeras WSOP.

Aunque en 2021 gané mi primer brazalete, que era mi mayor objetivo profesional en aquel momento, el sabor de la victoria parece ya muy lejano. Tras dos meses maravillosos a raíz de aquel título, los dos años siguientes fueron mucho más complicados. Tuve que esperar hasta el EPT Montecarlo hace unas semanas para jugar otra mesa final en vivo [antes de volver a hacerlo dos veces en el SISMIX, en el Battle Royale y luego en el Main Event, nota del editor]. Me pareció una locura, aunque no pensé que fuera tan importante. Fue la vez que más tiempo pasé sin puntuar de verdad. Mi motivación fluctuó mucho durante ese periodo, pero ha vuelto a su punto álgido. Quiero ese segundo título de las WSOP, ¡y este verano voy a por él!

Pasarlo bien, pase lo que pase

Llegaré a Las Vegas el 10 de junio para el 6-Max de 3.000 $ y no me iré de la ciudad hasta después del Main Event. Mis objetivos son simples:

  Centrarme en las WSOP. Prefiero no saltar de casino en casino para jugar tantos torneos como sea posible. Para mí, tomarme días libres es mucho más interesante que jugar todo el verano.

Deeprunear el Main Event. Sí, ya te oigo: no tiene sentido fijarse como objetivo un resultado más o menos preciso en un torneo concreto. Porque la varianza es demasiado alta y, por el contrario, crear demasiadas expectativas puede ser perjudicial para el rendimiento. Sí, todo cierto, lo admito... para el 99,9 % de los torneos. Este es diferente. Es diferente por muchas razones, pero la mía es más personal que técnica. Ya tengo seis participaciones en The Big One, incluidos tres deepruns y un deeprun real (60º en 2019). Conozco la sensación y sé cómo lo haré de forma diferente esta vez. Pero no es solo una cuestión de experiencia. Este torneo es lo que me metió en el póker. La cobertura de este torneo me introdujo en una pasión que cambiaría mi vida. Llegar lejos en este torneo es algo más que los resultados. Se lo debo a mi adolescencia, a mi vida profesional y a mi vida personal. Tengo que estar mental y físicamente preparado para actuar, dos semanas seguidas, sin ser eliminado, en el mismo torneo. Así que lo primero es descansar. Lo voy a necesitar.

Volver con grandes recuerdos, tanto en la mesa como fuera de ella. Me voy más de un mes con mis mejores amigos a jugar los torneos más importantes del mundo. Cuando lo recuerde todos estos años, solo querré saber que me lo he pasado muy bien. También es posible pasar un verano estupendo sin obtener necesariamente resultados. Intenta ser la mejor versión de ti mismo, para darte la mejor oportunidad de dar forma a un verano que quedará grabado en tus recuerdos. Este es quizás el objetivo más importante.

Tres grandes objetivos para mi verano, tres objetivos de puro placer para seguir viviendo el sueño del adolescente que todavía parece formar parte de mí. Intentaré dar todas las noticias posibles en mi cuenta Instagram durante este largo maratón de póker. Os mando un fuerte abrazo virtual.

Romain