[Blog] The Volatile's Gambit

Por dentro

[Blog] The Volatile's Gambit

Me gustaría cerrar 2020 hablando de una de mis primeras pasiones: el ajedrez, que en estos momentos goza de gran popularidad gracias a la serie de Netflix Gambito de Dama (The Queen's Gambit, en inglés). El nuevo éxito de la plataforma norteamericana ha reavivado mi amor por una disciplina que, aunque pocos lo sepan, descubrí mucho antes que el póker.

Y lo hice a través de mi padre, que desde siempre ha jugado y cuyo mejor amigo era profesor de ajedrez. Con doce años me uní al club. Hasta entonces y desde bien pequeño, toda mi vida deportiva había girado en torno al fútbol, así que el cambio de las botas por el tablero fue bastante brusco. De hecho, recuerdo muy bien el asombro de mis compañeros equipo la primera vez que les dije que no contasen conmigo para entrenar porque tenía ajedrez.

El (casi) mate del pastor 

volatile
Durante dos años me encontré completamente atrapado en el juego. Su complejidad, sus infinitas variantes, la posibilidad de jugar contra oponentes de todas las edades, el chute de moral al encontrar un fallo ajeno… ¡Estaba a tope! Jugaba durante los entrenamientos y, una vez en casa, seguía intentando mejorar mi juego gracias a un tablero electrónico que me regalaron mis progenitores (aprovecho para profesar mi admiración por el detalle).

También tuve la oportunidad de participar en torneos a una edad relativamente temprana, algo que estimuló sobremanera mi espíritu competitivo. Al principio me llevaba unas palizas de miedo, sin embargo, desde el primer jaque mate, caí rendido a esa atmósfera silenciosa que caracteriza los campeonatos, al tintineo de las piezas, al tictac de los relojes, al sonido de los lápices apuntando… ¿Sabes de qué hablo? Tras varias intentonas y, sobre todo, muchas horas de entrenamiento comencé a ganar algunas partidas. Dejé de ser un completo desconocido a los ojos de la clasificación ELO. Mi única obsesión era batir a los mejores de mi categoría…

Pero a medida que me enfrentaba a jugadores experimentamos me daba cuenta del largo camino que me quedaba por recorrer para alcanzarles. Algunos niños de 12-13 años llevaban entre peones desde pequeños, estudiaban todos los días y, las cosas como son, eran mucho más inteligentes y espabilados que yo. Alucinaba con sus procesos mentales, tanto dentro como fuera de los tableros. Poco después, el golf entró en mi vida y el ajedrez salió de esta, aunque yo creo que lo que de verdad influyó en mi precipitado abandono fue la presión y el nivel de exigencia que me autoimpuse: me encabezoné en subir de nivel deprisa y corriendo.

Quien tuvo...

Desde entonces debo haber jugado algo así como una veintena de partidas, especialmente contra un íntimo amigo que está al mismo nivel. Le di bastante cuando viajé a Australia y meses después en Indonesia, donde es costumbre que la gente juegue en la calle. En este sentido, hace un año tuve el honor de jugar contra el francés Kévin Bordi, alias Blitzstream. ¡Todo un crack en la materia!
 

Por cierto, cuando estrenaron la serie mis vecinos Romain Lewis, Ivan Deyra, Jonathan Therme, Corentin Ropert y otros también se engancharon al ajedrez. Algunas partidas transcurren a la caída de la tarde y la verdad es que me encanta refrescar mis conocimientos jugando contra ellos. Por desgracia, para mí, el ajedrez está lejos de ser como montar en bicicleta, ¡aunque quien tuvo, retuvo y las partidas contra Romain, a pesar de su nivel de principiante, suelen ser reñidas!

Espero que con esta entrada más de uno se anime. Si ya juegas, no dudes en ponerte en contacto conmigo para compartir impresiones. En Chess.com estoy el 1.160º, ¡pero cuento con seguir escalando puestos sin parar! Buenas fiestas y hasta pronto. 

Guillaume "Volatile" Díaz 


Volatile38

El ganador de la tercera edición de la Top Shark Academy posee uno de los palmareses más impresionantes de Winamax.

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