[Blog] Sesgos mentales: modo de empleo

Por dentro

Sesgos mentales: modo de empleoHace justo un año saqué mi curso sobre cómo los sesgos cognitivos nos afectan a la hora de tomar decisiones. Si bien hago alusión a los sesgos en el poker a través de mi experiencia como jugadora, me centro sobre todo en el día a día porque no hice el curso enfocado a poker players. Sin embargo, puesto que el poker es un ámbito en el que ser conscientes de nuestros sesgos nos va a reportar increíbles ventajas, para este blog he seleccionado algunos para centrarme específicamente en cómo nos influyen a la hora de tomar decisiones en la mesa. Si te atrae el mundo de los sesgos y mejorar tus procesos mentales dentro y fuera de las mesas, te recomiendo mi curso. ¡Hasta mi abuela dice que es la hostia!  Hecho el autobombo, ¡vamos al lío! 

Heurística de disponibilidad

Imagina que alguien te dice que con KK prefiere ir all in preflop directamente con cualquier stack, porque si no siempre le pelan. Digamos que este alguien se llama Cuñao.

—¿Y qué me dices de Albertin esa vez que con 40bb en la mesa final del Highroller solo hizo 3-bet y perdió contra set de 88?

—Cuñao, eso es heurística de disponibilidad, no deberías otorgar tanto peso a única historia mediática conocida.

Leo Margets

Este sesgo es un atajo mental que se basa en ejemplos inmediatos que llegan a la mente de una persona al evaluar un tema, concepto, método o decisión específicos. Y es que la heurística de disponibilidad opera sobre la noción de que, si algo se puede recordar, debe ser importante, o al menos más importante que los sucesos alternativos que no se recuerdan tan fácilmente.

Como jugadora de póker veo constantemente a gente en la mesa víctima de este sesgo. Hay jugadores que optarán por jugar de forma errónea una mano determinada solo porque recientemente han visto que otro jugador ganó mucho con esa misma mano haciendo esa jugada. Aunque el resultado fuese fruto del azar, ellos sobrevaloran el porcentaje de éxito de esa estrategia y lo repiten basándose en la información más reciente.

Del mismo modo, otros jugadores elegirán una línea no óptima de manera voluntaria para jugar una mano buenísima como una pareja de reyes solo porque recientemente han visto cómo otro jugador perdía mucho dinero con esa misma mano. Yo misma, a pesar de ser profesional, no puedo relajarme, porque si bien es cierto que cuando estoy concentrada y alerta soy consciente de este sesgo e intento evitarlo, al final la cabra tira pal monte, o lo que es lo mismo: el cerebro prefiere para lo fácil, y esto significa que quiere usar atajillos mentales que muchas veces nos hacen cagarla a la hora de decidir.

Sesgo de confirmación

Leo Margets

En mi opinión, se trata del sesgo por excelencia; el que más nos afecta porque vulnera lo más profundo de nosotros: nuestra forma de interpretar el mundo. El sesgo de confirmación es la tendencia a interpretar la información que nos llega de forma que confirme lo que ya pensábamos y, de forma paralela, ignorar o darle menos importancia a la información que nos contradice. 

Todos reconocemos este sesgo en los demás, pero nos cuesta bastante darnos cuenta cuando somos nosotros los que caemos en él. Otro ejemplo. Me encuentro jugando por primera vez el EPT de Montecarlo. Estoy en pleno Día 2 y no recibo una mano decente desde hace varias horas. "La paciencia y saber elegir cuándo jugar y cuando no son habilidades clave en el póker", me digo. "Va Leo, ¡el Santo Job estaría orgulloso de ti!", me repito. Hasta que... ¡Por fin una mano! ¡Un par de dieces! La pila de puntos de la que dispongo en ese momento no era muy grande y decido subir la apuesta. Estoy dispuesta a arriesgar mi stack si es necesario. El señor mayor (alias The mega rock), que no había jugado ni una sola mano desde que empezó la jornada, resube. Miniresubida más sonrisita, de hecho. Pinta fatal, pero tengo par de diegos y de alguna forma yo ya había decidido que si me daban acción estaba dentro. Siguiendo el plan apuesto todos mis puntos. El señor paga, enseña dos Ases y me echan del torneo.  

Al rato, comentando la mano con amigos, expliqué lo siguiente: "Tenía 20bb, acabamos All-In y perdí dieces contra ases". Así dicho es un claro cooler, pero me salté muchos matices. Si bien es cierto que tenía esa cantidad de puntos, estaba obviando datos muy relevantes, como que había recibido una resubida del señor más conservador del universo y que, si lo hubiera pensado con objetividad, era imposible que ese señor tuviera una mano peor que la mía. Pero claro, al omitir en el discurso (el que les contaba a ellos y el que me contaba a mí misma en ese momento) estos datos recibiría el feedback que mi cerebro necesitaba para sentirse bien. 

Como jugadores, ¿cuantísimas veces hacemos malabares mentales para justificar una línea determinada? Porque por mucho que queramos mejorar de forma racional, en realidad a nuestro cerebro reptiliano eso le importa una mierda. Él quiere sentirse a gustito, y el sesgo de confirmación desde luego que ayuda. 

Efecto Dunning Kruger 

Leo Margets

Entra en Twitter un momento, ponte el disfraz de voyeur y cotillea cualquier debate sobre alguna jugada en concreto. O vete a la barra de cualquier bar y saca cualquier tema sobre economía o política. Mejor aún: comenta el último Real Madrid - Barça. A menudo las personas con menos conocimientos son las primeras en dar su opinión y sentar cátedra. Intoxicados por un efecto de superioridad ilusorio, estos individuos están convencidos de que poseen la verdad absoluta y resulta muy complicado debatir con ellos, porque no están dispuestos a dar su brazo a torcer. Están ahí para ganar la batalla, no para debatir. Se trata del llamado efecto Dunning Kruger según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos se consideran más preparados de lo que en realidad están.

Este sesgo tiene a su vez el efecto contrario mediante el cual las personas muy preparadas en cualquier área, o muy especialistas en su campo, tienden a infravalorar su nivel de expertise. Es decir, no se consideran poseedoras de unas habilidades o conocimiento extraordinario a pesar de que si objetivamente los comparásemos con la población media, estarían por encima. 

¿Bendita ignorancia?

Leo Margets

Cuando empecé a jugar a póker me fue relativamente bien. Al cabo de tres meses me creía buena, bastante buena de hecho. Sí, me creía con capacidad de tomar buenas decisiones y comentar manos de los profesionales. No obstante, fue precisamente cuando empecé a tomarme el naipe en serio y dedicarle gran parte de mi tiempo cuando entré en pánico y tuve una época de crisis en la que estaba convencida de que no lograría dar el paso para profesionalizarme.

Y es que normalmente, a medida que rascas en un tema, sueles darte cuenta de qué poquito sabes. Asimismo, cuanto más profundizas en cualquier ámbito, más evidente es que te queda muchísimo por aprender. Por suerte también llega un punto en el que, aunque entiendes que siempre se puede seguir aprendiendo, tienes la suficiente experiencia y confianza como para ser un experto.

Todos somos muy buenos a la hora de identificar a otros jugadores víctimas de este sesgo, pero la gracia está en tener la suficiente capacidad de introspección como para darnos cuenta que tampoco nosotros somo inmunes a él. La ventaja de adentrarte en el mundo de los sesgos es que, aunque es prácticamente imposible eliminarlos, conociéndolos bien sí podemos llegar a neutralizarlos. 

¡Hasta el próximo blog! Mientas tanto te deseo suerte en tu toma de decisiones. ¡Nos vemos pronto en las mesas!

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Leo Margets

Tras un magnífico deep run en el Main Event de las WSOP, la barcelonesa se ha convertido en una de las figuras emblemáticas del póker español.

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