[Blog] Recuerdos del seminario
Por General LIFE STYLE
dentroNo se deja nada al azar y se tratan todos los temas: la nutrición, el sueño, el lenguaje no verbal en la mesa, la preparación mental… Por supuesto, también hablamos mucho sobre naipe: técnica, mindfulness, estrategia... La puesta en común nos ayuda a avanzar como colectivo y a cuestionarnos como individuos. Asimismo, el seminario refuerza el equipo a través de juegos de mesa y demás. Es en parte durante ellos cuando se crea una verdadera cohesión de grupo. Solemos recibir la visita de deportistas de élite que vienen a hablar de su trayectoria y hacen especial hincapié en cómo superan las adversidades. Sus experiencias son una fuente de inspiración ilimitada que nos ayuda a comprender mejor los mecanismos internos que dan forma a los grandes campeones.
Además, el programa está calculado al milímetro, es decir, no es compatible con la típica vida disoluta de jugador de póker. Durante los días que dura el curso nos levantamos temprano, hacemos deporte, se mira con lupa lo que nos llevamos a la boca… El seminario es un verdadero momento fuera del tiempo, un paréntesis del que siempre se sale con la impresión de haber crecido.
En la piel de un Pro
Como decía, cuando empecé en esto el póker no estaba tan profesionalizado: los excesos eran frecuentes hasta la víspera de los torneos y no era raro que los jugadores se derrumbaran mentalmente. Steph tuvo que poner orden, lo que no fue tarea fácil pues por aquel entonces había alguna que otra lucha de egos en el seno del grupo. Los legendarios Antony Lellouche y Ludovic Lacay y su estilo de vida carpe diem ejercían de mala influencia sobre el resto, que tampoco oponían mucha resistencia, la verdad sea dicha. El nivel seguía siendo igual de alto y, tal y como ocurre en el fútbol, en el vestuario había vacas sagradas. Afortunadamente, Steph estaba allí para poner los puntos sobre las íes.
En aquella época tampoco existían los softwares solvers, por lo que era mucho más difícil estructurar una clase de técnica. Se podía discutir sobre una sola mano de póker durante dos horas y al final nadie se ponía de acuerdo con nadie. Al final, no sabías quién tenía razón y quién no. Dos jugadores con un poco más de experiencia que los demás tomarían entonces las riendas de los debates y pondrían un poco de orden antes de que todo se fuera al garete: Manub, que había escrito un libro sobre el póker y tenía una visión un poco más teórica, y el padrino Michel Abécassis, gracias a su legendario carisma y autoridad.
Por eso digo que el equipo ha evolucionado enormemente. Gracias a la Top Shark Academy, jugadores que antes eran desconocidos en el circuito se han convertido en W rojas de pleno derecho. Muchos de ellos se fueron al final de su año, pero otros se quedaron más tiempo y dejaron una huella duradera en el equipo, como Mikedou, Aladin y nuestro amigo Guillaume Diaz, que sigue aquí ocho años después de su victoria.
Luego llegó un importante fichaje: Alexandre Luneau, que ya era una leyenda en la escena de las partidas de cash game highstakes. Debatimos bastante. No obstante, su incorporación se produjo cuando el equipo se encontraba todavía en fase de maduración, así que esa visión analítica que poseía, recordemos, presolvers, no cuajó demasiado... Paralelamente, desembarcaron varios jóvenes tiburones de la escena francesa: Pierre Calamusa, Ivan Deyra, Romain Lewis y Adrien Delmas, por citar algunos, contribuyeron a refrescar el equipo con su estilo de juego muy agresivo que causaba estragos en la época.
Mercado de fichajes
Los refuerzos extranjeros se incoporaron en la temporada 2017/2018, con jugadores de la talla de Mustapha Kanit, Adrián Mateos y João Vieira, que impulsaron al equipo a otra dimensión. Han llevado a todos a un nivel superior. Con ellos, el nivel de profesionalidad se ha acercado realmente al de los deportistas de alto nivel. Por último, no debo olvidar a Gaëlle Baumann y a Leo Margets, que además de su inestimable experiencia al más alto nivel, aportan al equipo un excedente de capacidad pedagógica. Hoy tenemos, sin duda, el mejor grupo de la historia del Team Winamax y seguramente la mejor escuadra del mundo.
Tengo que admitir una cosa: me lo he pasado muy bien todos estos años haciendo actividades deportivas organizadas por Steph. Vomité varias veces (después de una sesión de fútbol o de una clase de boxeo), no conseguí subirme a la tabla cuando fuimos a hacer surf en Biarritz (por suerte no fui el único, pero no diré nombres), creí que moriría ahogado cuando fuimos a hacer barranquismo en Chamonix, me rendí a los dos minutos durante la primera subida en bicicleta de montaña en Sofía-Antipolis, me quedé dormido en todas las clases de yoga... La lista es larga y, a pesar de esto, me lo he pasado muy bien. También tengo hitos: conseguí hacerle un caño a Vikash Dhorasoo en minifútbol, gané al golf con los otros dos veteranos, Kool Shen y Michel Abécassis, y triunfé con la raqueta de pádel acompañado de Volatile.
Como digo, el tema de la preparación mental es central. Un aspecto que hemos mejorado de la mano de expertos. Por ejemplo, Pier Gauthier, un reconocido mental coach, vino varios años seguidos: nos ayudó a fijar objetivos, a trabajar la resiliencia, la aceptación, todos esos términos que entonces nos eran extraños y se volvieron familiares. Desde entonces, Pier ha trabajado con muchos de los jugadores del equipo para asesorarlos personalmente.
La idea es vincular el área de especialización de los ponentes con el póker. En una ocasión, Stephan Bunard, una referencia en el pequeño mundo de la sinergología, vino a hablarnos del lenguaje no verbal y del lenguaje corporal, con vistas a mejorar la identificación de tells. Obviamente, cogí muchos apuntes... Por otro lado, tuvimos la suerte de encontrarnos en compañía de verdaderos campeones de su disciplina, deportistas de alto nivel, como los tenistas Paul-Henri Mathieu y Nicolas Escudé, o el excampeón europeo y mundial de los 400 metros vallas, Stéphane Diagana.
Escucharles y compartir experiencias nos ayuda a comprender mejor qué es lo que marca la diferencia entre dos deportistas del mismo nivel físico (o técnico para el póker). Todos ellos tuvieron que adaptarse, lidiar con lesiones de diversa gravedad y, gracias a su fuerza mental, encontrar la motivación para volver a la pista. Creo que esto es muy revelador, tanto para los jugadores de póker como para nosotros, que nos enfrentamos constantemente a la varianza. A largo plazo, desarrollar y mantener esa mentalidad de campeón marcará una gran diferencia.
¡Veremos qué nos depara el próximo seminario! Por cierto, espero verte en el EPT de Montecarlo, que está a la vuelta de la esquina, y en el Winamax Poker Open (WPO) de Madrid, a mediados de mayo.
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