[Blog] Póker en vivo vs. póker en línea
dentroHace tiempo que la vuelta al colegio comenzó para mí. Tras un verano inusual alejado de las mesas, es hora de ponerme a darle caña al póker en línea. Durante largo tiempo mi carrera ha girado en torno a los eventos, tanto desde un punto de vista resultadista como formativo, pues pensaba que el póker en vivo me era la modalidad que más me rentaba. Y la verdad es que lo prefiero al póker online. Pero esto no quiere decir que le haga ascos al grinding, de hecho, todo lo contrario.
Todo el mundo echa de menos las citas en vivo. En los eventos vivimos deep runs memorables que quedan largo tiempo en la memoria. Cada bote, cada vibración, cada mano es más intensa que en las sesiones en línea. Sin embargo, no tengo la intención de que esta entrada sea una loa a los torneos en vivo, sino una reivindicación del póker en línea, que a fin de cuentas es igual de real e atractivo. En realidad, es el mismo juego sin ser el mismo ejercicio. Es complicado compararlo con otro dominio, aunque he intentado señalar las grandes diferencias entre los dos formatos.
La temible varianza
Sin duda uno de los grandes temas y nuestro cerebro la sufre en ambos formatos. En línea, la varianza está presente durante las sesiones. Cuando nos afecta no es complicado guardar la calma y no tirar el teclado y el ratón, pero ¿qué pasa con nuestro juego en el resto de mesas? Eso es harina de otro costal y hay que trabajarlo. Además, el juego en MTT está bastante condicionado por los resultados. Quizás sea menos flagrante que en vivo, pero en línea también se puede dar el caso de una mala racha de varios meses de duración. En este tipo de situaciones es necesario contar con un buen motivo para volver a las andadas.En vivo la varianza está sobre todo ligada a las emociones y a la paciencia. ¡Que levante la mano quien no pierda los nervios tras sufrir un golde de mala suerte después de diez horas jugando! ¡O más tiempo! Generalmente, en una semana de póker en vivo paso unas sesenta horas jugando. Tan solo en Las Vegas me tiro varias semanas en activo. No obstante, conviene dejar claro cada jugador entiende la paciencia y sus límites de manera diferente. Con todo esto en mente y teniendo en cuenta que cada jugador es un mundo aconsejo centrarse en aquellos aspectos a mejorar y tomar nota de la evolución. Considero que es una buena técnica para progresar.
Los periodos de trabajo
Aquí es donde se observan las mayores diferencias. El ritmo, el espacio de trabajo, el descanso, la preparación, etc., no hay similitudes entre el póker en vivo y el póker en línea. En las citas presenciales hay que estar preparado para enfrentarse a unas seis o doce horas de acción, que normalmente comienza entre el mediodía y las tres de la tarde y acaba entre las nueve de la noche y medianoche (a veces incluso a las dos de la mañana). Asimismo, lo importante es lo que sucede dentro de las mesas y, en menor medida, en el transcurso de las pausas.¿Y si hablamos de una semana de póker en línea? Continuidad. Sentirse competitivo. Creerse capaz de terminar un día a medianoche y otro a las cuatro de la mañana. Para ello, tienes derecho a estar en pijama en la cama y a comer a deshora. La dificultad reside en saber gestionar las prioridades. Una semana de póker en vivo estará basada en el momento preciso y, a veces, en la progresión mental. En línea todo gira alrededor de la globalidad de la progresión, mental y técnica. Un periodo de trabajo puede durar varios días o varios meses en ambas esferas, pero en línea será más complicado encontrar un ritmo equilibrado. Ese es el reto: escucharse para encontrarlo.
El espíritu de la competición
En línea, tanto con uno mismo como con respecto al resto, hay un fuerte espíritu de competición, resistencia y resiliencia. Es natural jugar todas las tardes los mismos torneos contra los mismos adversarios durante varias horas. Es natural hacerlo durante varias semanas. Al final todo se reduce a la capacidad para identificar las debilidades de los villanos y aprovecharse de ellas eventualmente. En las citas en vivo, exceptuando los HighRollers (eventos de entre 20 y 100 jugadores que han pagado hasta tres veces más el precio del Main Event), el ambiente es mucho más distendido. Los participantes se atreven a mostrar sus emociones y decepciones e incluso algunos jugadores profesionales evitan jugar contra jugadores desconocidos. Eso sí, la cosa cambia en los límites altos o cuando el torneo se acerca a su fase final. En esos momentos la tensión es mucho más palpable.Antes de comenzar la jornada apunto en un papel los objetivos que quiero alcanzar, las experiencias pasadas y los aspectos técnicos que deseo implementar en mi juego. Próximamente espero aumentar mi nivel de competición para la batalla en línea. Tengo mis pantuflas preparadas y, aunque estaría mejor al lado de la playa rodeado de palmeras, lo cierto es que los días venideros, a pesar de lluviosos, parecen igual de cautivantes. De cualquier manera, es un buen momento para dar caña en Winamax o para descansar. ¡A cuidarse!