Estas últimas World Series of Poker (WSOP) han sido increíbles. Como suele ser habitual me uní a la expedición tarde, concretamente a finales de junio. Y fue en ese momento cuando la magia comenzó. Recuerdo haberles dicho a mis compañeros del Team Winamax desde casa: “Nos os preocupéis. La suerte estará de nuestro lado en cuanto llegue”.

Dicho y hecho. Una vez sobre el terreno pude presenciar la victoria de João Vieira. Llevaba mucho tiempo buscando un título en las WSOP, ¡así que me alegré por él!  ¡Vamos Porto! En este tipo de situaciones tendemos a sentir los triunfos ajenos como si fueran propios. Durante las últimas semanas del festival, João había jugado entre dos y tres torneos por día, pero sin nada que llevarse a la boca, algo que hizo que su pinchazo fuera verdaderamente emocionante. Aunque en mi fuero interno sabía que solo era el principio.

El Pro del Team Winamax no le quita ojo a su amigo Darío Sammartino durante la final del Main Event WSOP.

Se veía venir

Lo cierto es que después del triunfo de mi amigo de Madeira hubo bastantes deep runs. Se sentía un ambiente eléctrico en el seno del Team Winamax. De hecho, tenía un presentimiento: algo gordo iba a pasar en el Main Event. Las jornadas pasaban y yo me dedicaba a animar como un loco a mis colegas, Romain Lewis, W Roja, y Dario Sammartino, compatriota. Es complicado poner por escrito todas las emociones que uno siente cuando ve a un íntimo amigo pasar a las fases finales de una cita de esta envergadura. Llevo jugando al póker doce años y no recuerdo haber tenído la piel tan de gallina. Éramos unos cincuenta o sesenta en el rail con camisetas personalizadas (gracias Ryan Riess por haberte ocupado de la impresión) animando a un conocido que estaba jugando por 10 millones de dólares. ¡Eso no pasa todos los días! Pero así es la magia del póker.

Love is in the air...

Las Vegas tiene un color especial

El naipe consigue fusionar sentimientos, así como unir a personas con trayectorias diferentes. En general, no soy un gran fan de Las Vegas, pero esta edición ha sido atípica. He podido encontrar el atractivo de la ciudad y su Evento Principal gracias a todo lo vivido. ¡Creo que estoy preparado para darlo todo si un día llego al heads-up definitivo yo también!

El póker es un juego eminentemente individual, pero el hecho de estar siempre rodeados de gente que comparten el mismo objetivo nos permite avanzar de manera mucho más ágil y enriquecedora. Mi carrera no hubiera sido la misma si personas como Darío no se hubiesen cruzado en mi camino. Nos hemos enfrentado en varias ocasiones y nuestro juego ha mejorado por esa misma razón, yo en cash-game y él en torneos en vivo.

Nuestro "Musta" siempre lleva la W Roja por bandera.

Nos conocemos desde hace diez años y, a pesar de nuestra rivalidad en las mesas, siempre nos hemos apoyado. Considero que una persona inteligente es aquella que es permeable, es decir, que ayuda y se deja ayudar. Estoy convencido que podemos aprender mucho del resto si dejamos de lado los prejuicios. Hacer un ejercicio de empatía nos sirve para avanzar en todas las esferas. Además, no podemos olvidarnos de la machada de Ivan Deyra… ¡tan joven! Es un chico especial que se dedica en cuerpo y alma a esto. Estoy superorgulloso de todos mis colegas del Team: un maridaje perfecto de jugadores experimentados y jóvenes promesas.

Ya estoy preparándome mentalmente para las WSOP 2020. Hasta entonces… Ciao ragazzi, see you soon!

Mustapha Kanit