[Blog] Los 12 trabajos de Leo

Por dentro

Leo Margets

Últimamente, estoy reflexionando bastante sobre la vida y mi existencia, podría ser la crisis de los 40, ¡quién sabe! Creo que de forma individual, todos tenemos unos valores y prioridades que de algún modo configuran las reglas de partida de nuestra vida. Pensando sobre esto, recordé que hace años leí el libro “12 reglas para vivir” en el que Jordan Peterson aborda algunas preocupaciones inherentes a la humanidad y ofrece heurísticas para una vida más en orden. Pero obviamente son sus reglas, basadas en cómo ve él este tablero. Aunque estoy bastante en sintonía con él, mi top 12 difiere, así que hoy me apetece compartir con vosotros las 12 reglas que yo considero más EV+ en este juego de la vida:

1. Tu relación con los demás refleja tu relación contigo mismo. Cada persona que se ha cruzado en mi vida ha acabado siendo una nueva oportunidad para conocerme mejor, aprender y evolucionar.  He tardado años en darme cuenta de que aquello que valoro o admiro en alguien está en mí, del mismo modo todo lo que me irrita, molesta o quiero cambiar en la otra persona también está dentro de mí.

2. Tu cuerpo te cuenta cosas sobre ti: somos buenos contándonos historias que encajen con la idea preconcebida que tenemos de cómo deberíamos sentirnos ante alguna situación. Yo, y todos, usamos la razón para justificar decisiones emocionales y a veces haciéndolo generamos una disonancia que si no aceptamos sale por algún lado. Esa válvula de escape puede empezar con síntomas físicos. He aprendido a escuchar a mi cuerpo más que a mi cabeza.

Julien Sitbon y Leo Margets

3. La decisión más importante que tomamos en nuestra vida es la elección de pareja. Y a menudo la dejamos casi al azar, dejamos que sea el feeling, las hormonas, el físico… ¡La infatuación! Lo que nos une a alguien y cuando queremos darnos cuenta ya hemos creado un vínculo que es muy difícil deshacer porque ya queremos mucho a esa persona. ¡Ojalá para que una relación funcione fuera suficiente con quererse! La elección de compañero de vida va a marcarte tantísimo que tendríamos que ser super super elitistas y racionales a la hora de empezar la aventura, pues también estás eligiendo un confidente, un asesor, un terapeuta, profesor, modelo inspirador, compañero de piso y de viaje, un mejor amigo y alguien con valores a los que vas a estar expuesto constantemente.

4. Comunícate y empatiza: me costó años darme cuenta de que la gente no lee la mente. Si me apetece un abrazo lo pido, si no me apetece que alguien escriba tantos WhatsApp también sé expresarme. Dicho esto, siempre intento empatizar para poder comunicarme de forma amable, pensando cómo va a recibir el otro mi mensaje y siendo consciente de la situación por la que está pasando. Además, a la hora de relacionarme también me da mucha paz pensar que los demás hacen las cosas lo mejor que saben hacerlas.

5. Comprende que las cosas más valiosas de la vida dan sus réditos muy a largo plazo. Me refiero a la salud, el conocimiento, la confianza, las relaciones… A corto plazo, cualquier acción dirigida a mejorarlas puede parecer insignificante, puede frustrarte porque son lentas, pero a medida que pasan los años, todas generan un interés compuesto brutal. Estoy contenta de haberme dado cuenta de esto de muy joven y poder ahora disfrutarlas.

6. Selecciona muuuy bien de quien recibes consejos. Pedimos consejos a seres queridos que muchas veces, con su mejor intención, cuando nos lo dan, están proyectando sus anhelos y valores, pero no los tuyos. Quiero asegurarme de que cuando pido consejo, la otra persona es capaz de entenderme y captar mis valores y la dirección que quiero darle a mi vida. Aunque quienes más nos quieren desean vernos felices y que logremos nuestras metas, no siempre son los mejores candidatos para que nos asesoren. Un desconocido que ha llegado donde tú quieres ir puede darte mejores consejos que tu madre por mucho que esta te quiera más.

Leo Margets

7. Just show up. Quiero actuar desapegándome de lo que ocurre a corto plazo. Si sé que estoy haciendo las cosas bien, no me cuesta ser paciente con los resultados e impaciente con la acción. La vida tiene mucha incertidumbre, pero lo único que puedo controlar es aparecer cada día y hacer las cosas lo mejor que sé.

8. No te marques un objetivo que no vayas a empezar hoy. Fallarte no es gratis. Si te fallas una o varias veces estás aprendiendo que puedes decepcionarte y seguir adelante. Por esto creo que es mucho mejor solo plantearte objetivos cuando estés dispuesto a empezar ahora mismo, porque el precio de marcarte una meta y ni empezarla es mucho más costoso que el de empezarla y fracasar.

9. Aprende a decir que no. Esta se me da demasiado bien y considero que es una de mis mejores life skills. Decir que no es muy liberador y me afecta mucho a mi bienestar. Cuando hago algo que no me apetece solo por no exponerme a la incomodidad de romper las expectativas de la otra persona, el resultado es que me siento fatal conmigo misma. Prefiero decepcionar a otros que a mí

10. Ten cuidado con cómo te defines. Cuando me cazo a mí misma diciendo cosas tipo “si es que yo soy muy patosa” o “soy arrítmica total”, ahora consigo que me salten las alarmas. ¡Qué malo es etiquetarte! A veces lo harás como por inercia, a veces porque es lo que te decían tus padres, a veces porque ahora mismo sí eres como yo jodidamente arrítmico. La cosa es que nada, nosotros tampoco, es estático. Cuando te defines muy concretamente te estás capando, y aquí nos interesa tener rangos amplios, ambiguos y difusos.

Leo Margets WiPT Lille

11. Asume que no existe el riesgo cero. La inacción es muy costosa. Es engañosa porque de primeras puede parecer la opción más segura, pero nada más lejos de la realidad, pues la vida pasa y si no tomas decisiones es imposible que llegues a ningún lado. Imagina un big stack que en vez de utilizar sus fichas para ir consiguiendo una mejor posición, por miedo a perder, acaba siendo devorado por las ciegas… ¡Qué triste historia! Los beneficios siempre correlacionan con el riesgo que estás dispuesto a correr. La clave es saber discernir qué riesgos merecen la pena y cuándo tomarlos.

12. Deja a un lado las expectativas. Mi primer paso fue empezar a pillarme cada vez que generaba esas expectativas ya fueran buenas o malas sobre experiencias o personas, y a medida que lo hacía me he ido permitiendo ser más lienzo en blanco, disfrutar de la incertidumbre de cómo se desarrollarán mis relaciones sin tener en mente una idea es un gran reto, pero muy disfrutable.

Espero que os haya gustado el blog, no para que sigáis mis reglas, sino para que os anime a crear las vuestras. Creo que tener un manual de vida es interesante porque en los momentos en los que nos sentimos perdidos, puede servir de timón. ¡Comprobar que estamos viviendo acorde a nuestros valores y aprendizajes más valiosos da una sensación de coherencia muy gratificante!


Leo Margets

Tras un magnífico deep run en el Main Event de las WSOP, la barcelonesa se ha convertido en una de las figuras emblemáticas del póker español.

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