[Blog] Las Vegas: cara y cruz

Por dentro

Alex Romero

Nuevo blog tras mi primera experiencia en Las Vegas. Lo primero que me viene a la mente es que todos los que he escrito hasta ahora tienen la misma esencia, la novedad ante algo. Supongo que es algo difícil de eludir dadas las circunstancias, pero intentaré contar las cosas sin ser repetitivo.

He vivido este primer viaje a Sin City con toda la ilusión posible, con muchas ganas de pelear en el campeonato del mundo y jugar los mejores torneos que existen, a lo que hay que sumar el colofón en forma de Main Event WSOP. Las cosas no se dieron todo lo bien que me hubiera gustado, ya que jugué aproximadamente 12 torneos y no conseguí entrar en premios en ninguno de ellos. Una pena. ¿Las causas? Bastante mal run y que también me costó adaptarme al perfil recreacional americano, que poco o nada tiene que ver con el perfil recreacional europeo. 

Desarrollaré un poco más esta última idea: al recreacional europeo medio se le ve cometer errores, pero uno puede percibir el miedo a perder las fichas y acabar la participación en el torneo. Sin embargo, el perfil americano es menos cuidadoso en ese sentido: no le importa farolear o pagar de más, por lo que hay que adaptarse y tener en cuenta contra quién haces cada movimiento. Todo esto al final forma parte de mi percepción y mi experiencia, por lo que cada rival es diferente y esto no es más que una burda generalización...

Dr. Poker y Mr. Vegas

Alex Romero

En la ciudad hay claramente dos enfoques. El primero tiene que ver con todo lo relativo al póker: es un sueño, todos los torneos son enormes, los prizepools son súper jugosos y en general, los fields son bastante blandos si tenemos en cuenta los buy-ins. ¡Por algo es el mejor sitio del mundo para jugar! El segundo enfoque se refiere a todo lo que envuelve a esta ciudad, y en este caso mi opinión va en la línea opuesta: hay poco que hacer más allá de la oferta de casinos, hace un calor muy limitante y los precios son muy elevados, convirtiendo a Las Vegas en un lugar al que no iría si no fuera por el póker.

Al ser mi primera vez allí, considero que he pagado algunas novatadas. Por ejemplo, para mí es importante compartir alojamiento con otros jugadores, ya que si busteas pronto algún día (algo que es de lo más normal) y no encuentras a alguien en tu misma situación, se antoja más complicado hacer algún plan de ocio y las horas en el hotel se pueden hacer interminables. Sin embargo, diría que estar en una casa fuera del bullicio del Strip hace de la estancia algo más llevadero. 

La fecha de llegada también es algo a mejorar, ya que creo que llegar antes de lo que yo lo hice [Alex aterrizó en Las Vegas el día 30 de junio] y prolongar la estancia hasta que termine el Main Event sería lo más inteligente (o al menos, habría sido lo más inteligente este año) para tener más margen de adaptación al perfil medio que juega los torneos de WSOP.

El Main Event: "¡qué torneo!"

Alex Romero

Y ahora... volvamos al Main Event de las WSOP, ese torneo que cualquier jugador de póker sueña con jugar. ¡Qué torneo! Plagado de jugadores recreacionales con la ilusión de poder llegar lejos, encontré buena muestra de ello en la primera mesa en la que jugué, donde el jugador de mi derecha comentaba que había aprendido a jugar a póker la semana anterior... A juzgar por sus movimientos, diría que no estaba mintiendo. ¡Buena manera de estrenarse en este mundillo! Pero más allá del nivel medio del field, se palpa la ilusión, es algo diferente y muy difícil de explicar; se respira un ambiente especial. En las mesas hay muy buen rollo y las conversaciones se suceden de forma amable contra todos los rivales. Además, los niveles tan largos de dos horas de duración invitan a poder desplegar tu mejor nivel sin tener que estar pendiente del tiempo. En definitiva, es un torneo incomparable a cualquier otro.

Lo más gratificante para mí, más allá de poder jugar los mejores torneos del mundo, es conocer a los mejores jugadores nacionales y poder entablar conversación con la mayoría de ellos. Tenemos una comunidad plagada de gente interesantísima y de la que alguien como yo tiene mucho que aprender si algún día quiero estar en la cúspide.

Pese a los malos resultados y mi desencanto con la ciudad, el balance es muy positivo: sumo una experiencia inolvidable y apunto aspectos a mejorar para que si el año que viene tengo la suerte de volver, mi estancia sea aún más gratificante. ¡Habrá que seguir luchando para conseguir un brazalete!

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And1ero

Una bala tirada en la Top Shark Academy, una bala directa al estrellato: este guadijeño de 29 años llega dispuesto a sacarle todo el lustre posible al parche de Team Pro.

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