[Blog] Las 3 manos que lanzaron mi carrera
Por LIFE STYLE
dentroNo sé si lo sabes, pero mi calendario sigue el de los estudiantes. Y este Blog es como la vuelta al cole para mí. La temporada pasada fue la más difícil de mi carrera. Porque los resultados no fueron buenos y la elección que hice de exponer mi vida de jugador profesional en los días buenos y en los malos hace que a veces las derrotas tengan un sabor amargo. Para ser sincero, tampoco creo que haya jugado mi mejor póker, pero tampoco mi peor. Digamos que he estado a un nivel medio y las cosas no han mejorado a medida que se sucedían los coolers y los bad beats.
Así que cuando llega el momento de hacer balance, me siento tentado de culpar a la varianza, de mostrar al mundo lo duro que ha sido este año y que nunca he estado en el lado correcto de los coin flips en los últimos 365 días. Pero Pierre, ¿realmente tienes mala suerte? La verdad, por supuesto, es que no. Soy un gran afortunado, como la mayoría de los jugadores profesionales. Porque si no fuera por algunos giros del destino al principio de nuestras carreras, pocos de mis compañeros jugadores profesionales estarían aquí hoy. Así que, en un momento en el que sería fácil culpar a la mala suerte, voy a aprovechar este Blog para recordarme a mí mismo la suerte que tuve, en particular al principio de mi carrera. Aquí tienes las tres manos que marcaron mi carrera.
Un horror en el EFOP de 10.000 €
Era enero de 2012. Hace poco menos de 6 meses que volví de Málaga arruinado y con deudas. Sin embargo, estoy jugando un torneo de 10.000 € de buy-in en el Aviation Club de France. Hay que decir que he tenido un muy buen run en los últimos meses. Con la espalda contra la pared en julio de 2011, jugué sin descanso en los límites bajos y aproveché una victoria en un Shootout de 10 € en las Winamax Series y buenos resultados en Eurosport Poker (una sala online que ya no existe) para montar un bankroll de unos miles de euros. 6 meses más tarde, después de un grind intenso tanto en línea como en vivo, aquí estoy, con un buen bankroll. Aproveché la oportunidad para ir a París a probar suerte, con toda la ilusión del mundo. Me siento como el héroe de una novela de Balzac. Acabo de ganar 15.000 € en una sesión de cash en una mesa de 5 €/5 €, y aquí estoy, a tiro de un torneo de 10.000 €, aunque todavía no tengo ni una sola línea en mi página Hendonmob (que aún no existe, claro).
Me encuentro en una mesa con Shannon Shorr, Basil Yaiche y un grinder franco-alemán llamado Winkiac. El torneo va bien, tengo un stack gordo cuando llega la mano que iba a cambiar mi carrera para siempre. Estamos hablando de un póker de cowboys, tal y como se jugaba hace más de 10 años, a base de 5bet shove con A3 off. La mano comienza con un raise de Basou en el cutoff. Pago en el botón con KTo. Winkiac hace un squeeze gordo desde la ciega pequeña, Basou se retira y, por supuesto, pago al toque. No creo que mi rival tenga une buena mano, y en cualquier caso, abandonar KTo con 200 BB en posición era imposible en los viejos tiempos. El flop es Q23 rainbow, y mi oponente apuesta la mitad del bote. Todavía no estoy muy seguro de por qué, pero en 2012 floatear me parecía obvio, ya que era muy común pensar que tus oponentes nunca tenían buenas manos. El turn es un As. Mi rival apuesta 3/4 del bote. ¿Este alemán cree que soy un jamón o qué? Quiere hacerme creer que tiene un as, pero está claro que no tiene nada. Estos eran mis pensamientos en el turn mientras pagaba la apuesta de mi oponente con una sonrisa.
Siempre recordaré el momento en que la jota de tréboles apareció en el river. Como en una buena superproducción, la acción se desarrolló a cámara lenta, Winkiac apostó gordo (el bote) y yo fui allin, riéndome por dentro. Me reí aún más cuando me pagó y me enseñó una pareja de Damas. Su top set en el flop se había comido una escalera runner runner horrible. Se levantó y habló solo durante 10 minutos mientras contemplaba su pequeño stack de 5 BB. Para que conste, luego hizo una remontada memorable y acabó... ¡ganando el torneo! Pero mientras tanto yo había aprovechado mi mal ganado stack para terminar entre los tres primeros. Y tras un pacto con ese pobre diablo de Winkiac y Juha Helppi, me llevé 70.000 €. ¡Mi primera línea Hendonmob!
Un bendito seis
A menudo me he preguntado hasta qué punto la varianza puede influir en la vida de un jugador. Hoy en día, ciertos programas nos ayudan a comprender que entre jugadores del mismo nivel, algunos se harán millonarios y otros lucharán en el circuito sin actuaciones realmente notables. A menudo me viene a la mente el ejemplo de Guillaume Diaz. Venimos de la misma ciudad, con los mismos antecedentes online. Hicimos la transición al póker en vivo cuando Winamax nos ofreció nuestros contratos. En 2015, me uní al Team Winamax con un perfil muy similar al de Volatile. Coincidimos en uno de mis primeros torneos bajo la bandera de Winamax, el importantísimo WPO Dublín. Cuando ambos llegamos a la mesa final, empecé doblando contra Guillaume en un cooler inevitable: KK contra JJ.
Entonces llegó una mano que cambiaría el curso de nuestras carreras como jóvenes jugadores patrocinados. Guillaume subía en el botón y yo decidía hacer un 3bet con 66 desde la ciega pequeña. Guillaume hacía un 4bet gordo. Decidía ir all-in y Volatar me pagaba al toque con una pareja de damas. El bote era enorme y debía representar alrededor de dos tercios de los puntos del torneo. Como puedes imaginar, un seis en el flop me salvó y acabé ganando el torneo. Una victoria que contribuyó mucho a establecerme como jugador clave del equipo Winamax. En cualquier caso, sólo en el póker un seis en el flop puede cambiar dos vidas para siempre. Qué juego tan increíble…
Ese Rey en el river…
Si me preguntas cuál es mi carta favorita, te diré sin dudarlo un instante: "el Rey". En dos ocasiones, cuando estuve al borde del desastre en torneos enormes, un rey vino a rescatarme.
En primer lugar, durante mi final en el Main Event del EPT de Montecarlo 2016, cuando estaba all-in con dos Reyes contra el A6 de Jan Bendik en un board 66Jx, encontré uno de los dos últimos reyes de la baraja para sobrevivir. Fue una sensación increíble cuando todos mis amigos corrieron a celebrarlo. Por la noche, todos celebramos mi 5ª plaza y mi premio de más de 230.000 € en uno de los mejores clubes de Mónaco hasta el amanecer. Los invité a todos y nos quedamos mirando el sol naciente, borrachos, con los bolsillos llenos y la cabeza llena de recuerdos.
La segunda vez fue más reciente, cuando quedé segundo en el 4 Million Event de las Winamax Series. Estábamos en las semifinales y subí la apuesta con AK UTG en 6-Handed y el SB fue all-in con 7 BB. El jugador en ciega grande también metía la caja por menos de 20 BB y yo pagaba. Si perdía, aún me quedaban 20 BB para intentar remontar. Y las probabilidades no eran favorables, ya que el short stack tenía A6hh y... ¡la ciega grande AA! Un rey en el flop y otro en el turn me salvaron y me permitieron acumular un montón de puntos y terminar segundo en este épico torneo.
En conclusión, a menudo he querido gritar y llorar durante los últimos 12 meses, ya que los vientos siempre parecían estar en mi contra. Sin embargo, aunque mis dos últimas WSOP han sido muy difíciles, siempre he querido transmitir el mensaje de no sentir nunca lástima por uno mismo, seguir trabajando, seguir sonriendo y darse cuenta del privilegio que supone ser un jugador de póker profesional y, sencillamente, un ser humano feliz. En cuanto a la suerte o la desgracia, ahora me doy cuenta de que todo se equilibra a largo plazo. Así que no te sorprendas si me como un Bad Beat en tu mesa y luego me ves leyendo estas líneas, para recordarme a mí mismo que después de la lluvia vendrá el buen tiempo. Y que la lluvia volverá y dará otra vez paso al sol. Porque el póker es una escuela de vida. Concluiré citando a Jean D'Ormesson (Nota del editor: era un periodista y filósofo francés) en un vídeo que suelo ver por la noche antes de acostarme: "Nunca he dejado de ser feliz. Gracias por las rosas, gracias por las espinas. La vida no es una fiesta perpetua, es un valle de lágrimas, pero también es un valle de rosas. Y si hablas de lágrimas, no olvides las rosas. Y si hablas de rosas, no olvides las lágrimas".