[Blog] La mejor de las excusas

Por dentro

Blog del Team Winamax

Mientras escribo las primeras líneas de este Blog, nos encontramos a escasas semanas del parto de mi mujer Caro. ¡El simple hecho de pensar que cuando estéis leyendo esto ya habré sido papa me da escalofríos! Si bien es cierto que resulta complicado saber el grado de felicidad que este acontecimiento nos va a aportar, hay algo indiscutible: estamos deseando ver esa carita que va a iluminar nuestras vidas.  No nos hacemos a la idea de cómo de largos y desafiantes son para una mamá los nueve meses de embarazo que conforman esta interminable espera. Aprovecho para quitarme el sombrero delante de cada una de ellas, de la mía incluido, y de Caro: vuestro coraje digno de admirar.

Por primera vez en mi carrera, este año, he debido hacer frente a una decisión la cual nunca resulta fácil, por lo apasionado que soy.  Llegando al mes de junio, me hice la pregunta fatídica: ¿Vegas or not Vegas?

Las World Series of Poker de Las Vegas es el festival más importante del año, una cita ineludible para cualquier jugador de póker. Además de ser una parada obligada dentro de la carrera por hacerse con los brazaletes, Las Vegas es sobre todo una gran oportunidad para ganar buenas sumas de dinero, con salas pobladas de amateurs y jugadores poco preparados para el desafío que les espera. Mis resultados han sido más bien regulares durante doce años y, gracias a la experiencia que he adquirido, siento que mi edge aumenta con cada nueva visita. Se podría decir que el estilo pasivo que caracteriza a los jugadores del otro lado del Atlántico se me da bastante bien.

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Desde un punto de vista de las prioridades, no había ningún tipo de dilema: mi papel como marido era permanecer al lado de mi mujer, más aún cuando su embarazo no era fácil. La opción estaba lejos de ser un drama, sobre todo con la Copa del Mundo a punto de comenzar y la idea de seguirla con mis colegas belgas.

La única duda que rondaba mi cabeza era la relacionada con el Main Event. ¿Tiene un jugador profesional el derecho a perderse este torneo incluso con la mejor de las excusas? Ganar el Main Event ha sido siempre el último objetivo de mi carrera, al igual que para la mayor parte de mis colegas del mundo del póker. Aun a sabiendas de que es un objetivo ambicioso, a la vista del número de jugadores que participan y de la varianza inherente a un evento de póker, siempre he creído, en lo más profundo de mí, que un día me lo llevaría. Además, con toda la energía positiva que me aportaba mi pequeña hija, ¿podría ser este mi año?, ¿quién sabe?

Caro conocía mi pasión y la importancia de este torneo para mí, ella había comprendido perfectamente mi dilema y había sabido respetar mi deseo de conseguir el Santo Grial. Lo único que me aterraba era perderme la llegada de mi primer hijo al mundo. Las Vegas estaban a mínimo 15 horas de vuelo con lo que me era imposible llegar al nacimiento si Caro rompía aguas durante mi estancia allí. ¿Qué ocurriría si esto sucediera la mañana del Día 5 en el Main? ¿O del Día 6 o 7, léase en la mesa final?

Todas estas preguntas me abrumaron: quería buscar el asesoramiento de especialistas antes de ceder al pánico. Como jugador profesional, necesitaba saber con precisión si había riesgo de que la fecha del parto coincidiera con mi viaje a Las Vegas, y luego tomar una decisión basada en un cálculo tradicional de riesgo / recompensa.

Así que le hice la pregunta fatídica al ginecólogo:

-¿Crees que Caro puede dar a luz en las últimas dos semanas del octavo mes?

-En principio, no te preocupes: no hay ninguna razón para que esto suceda antes del último mes.

-Pero, ¿qué porcentaje crees hay de que esto suceda, a pesar de todo?

-Es muy poco probable, excepto complicación.

- De acuerdo, pero sé más específico, por favor. ¿Es más bien 10% o 1%, de que suceda sin complicaciones?

-Soy un ginecólogo, no un estadístico, ¡deja de insistir con tus probabilidades!

Paré el interrogatorio ahí. Días después, seguí consultando a diferentes especialistas en maternidad. Finalmente, decidí esperar hasta el último momento para tomar una decisión: si no hay ninguna complicación, me voy, de lo contrario, me quedo.

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Afortunadamente, Caro no tuvo complicaciones a principios de julio, así que me fui con tranquilidad y motivación para tres. Me uní a la villa de la felicidad, donde mis compañeros de equipo y profesionales me esperaban en el mejor de los ambientes.

Romain está desatado y encadena resultados muy positivos, mientras que Pierre está ya en su modo particular y lucha contra sí mismo para no sucumbir a las tentaciones de la Ciudad del Pecado, así como permanecer concentrado en sus torneos. Ivan y Adrien demuestran una gran madurez dosificándose para llegar bien al final de sus programas. A pesar de un número desagradable de bad beats sufridos, Guillaume y Gaëlle se sirven de sus numerosos deep runs para coger confianza. Por su parte, Sylvain se encuentra de descanso por algunos días con su novia y se prepara para su torneo preferido, el Main Event.

Charlamos un poco sobre estrategia con todo el mundo y con la pareja Alex y Aurélie Réard, Mikedou, así como con Víctor “Choop” Choupeaux. Y allá vamos. Tras varias semanas sin tocar una carta, tengo unas ganas enfermizas de batirme en las mesas de nuevo. Todo encaja: apenas un día de descanso y empiezo a atacar el Main Event de las WSOP.

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De izquierda a derecha: Adrián Mateos, Davidi Kitai y Sylvain Loosli.

El torneo fue más increíble de lo que había imaginado: jugué en la mesa televisada de ESPN los Días 1 y 4 con Daniel Negreanu y Antonio Esfandiari frente a mí, respectivamente. Conseguí jugar muchas manos y de manera más agresiva que en años anteriores, ya que mis mesas eran pasivas. Tuve la oportunidad de robar muchos pots al explotar la imagen que mis adversarios tenían de mi estilo de juego. Con un run similar al del año pasado, estaba en puestos premiados doblando la media. Desgraciadamente, mi Día 4 fue más complicado, y termino el 362º con un premio de 33.000$. La verdad es que me decepcionó no haber llegado más lejos, aunque tuve la sensación de que las lecciones aprendidas me servirían para volver más fuerte el año que viene.

Me di cuenta de que mis lecturas eran cada vez más acertadas contra los jugadores que consideraba más débiles que yo. Sin embargo, debo aprender a confiar más en mis reads para explotar al máximo a mis adversarios. Me acuerdo especialmente de dos situaciones donde tendría que haber hecho fold pero me convencí de que tenía que pagar porque no podía abandonar una mano tan fuerte. La primera, con una pareja de Reyes el Día 1, frente a un rival que, por sus sizings, estaba claro que tenía una pareja de Ases. Más tarde, en la última mano del torneo, donde decidí hacer un 4-bet con pareja de 10 e ir all-in desde el botón contra la ciega grande.  Pensé que mi adversario habría hecho directamente all-in en las manos que yo dominaba y que no podría hacerme un 3-bet light con mi stack y nuestra historia juntos (un poco antes le había hecho un 4-bet con K6 suited y vio mi mano con 30 minutos de diferencia en el streaming).

Incluso si no he ganado el Main Event este año, no me arrepiento de mi viaje a Las Vegas. Caro aguantó sin mí y la pequeña supo esperar dos semanas a que su papá volviera. La aventura más bonita me esperaba en casa, más allá de todo lo que imaginé y de cualquier posible victoria (incluyendo el Main Event), la de convertirme en padre.

Todavía no sé si nos veremos en el EPT de Barcelona, pero espero que nos veamos en Dublín para el Winamax Poker Open y nos tomemos algo juntos.

¡Hasta pronto!

P.D: Nell vino al mundo el 6 de agosto a las 11:26 h, con 2,995kg de peso y 49cm de felicidad. La mamá y la peque se encuentran en plena forma y el papá irradia felicidad.


KitBul

EPT, WPT, WSOP: ningún circuito mayor ha podido con la sed de victoria del belga del Team Winamax, que continúa sin estar satisfecho.

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