[Blog] ¡Esto se está desmadrando!
Por General
dentro
El póker en vivo es un juego de interacción humana en el que priman la anticipación, la intuición y la conexión con los demás jugadores. Sin embargo, cada vez vemos más jugadores con gafas de sol, cuellos térmicos hasta la nariz, bufandas, capuchas... A veces me pregunto cómo se las arreglan para respirar. Incluso se ven mascarillas quirúrgicas, a pesar de que el Covid ya tiene tres años.
En mi opinión, todo esto plantea una serie de problemas importantes. Ya no hay interacción entre los jugadores, y mucha menos emoción y autenticidad. El póker se vuelve cada vez más robótico y menos agradable para los espectadores cuando las mesas se retransmiten en streaming. Y también podemos plantear la cuestión de hacer trampas con estas mismas gafas de sol.
Entonces, ¿deberíamos regular el uso de estos artilugios para preservar la esencia del juego que todos amamos? ¿Qué dice el reglamento de la TDA (Tournament Directors Association)? "Identificación del jugador: los jugadores deben ser claramente identificables en todo momento. El personal del torneo podrá pedir a un jugador que se quite cualquier elemento (gafas de sol, capucha u otro elemento que cubra la cara) que impida su identificación o sea una distracción para los demás participantes."
Vivir el póker en vivo
El póker en vivo difiere del póker online en esta dimensión humana y social. Jugar cara a cara significa poder detectar cada microexpresión, cada gesto, y utilizar estos indicios (los famosos tells) para tomar decisiones. Sin embargo, con los rostros parcial o totalmente enmascarados, estos elementos desaparecen. Esto va más allá de la estrategia: enmascararse la cara impide cualquier interacción con el otro jugador. Estas prácticas acentúan el distanciamiento, ya que muchos jugadores llegan a adoptar una postura cerrada, evitando cualquier intercambio visual o verbal. Para los aficionados y los recién llegados, este ambiente puede resultar intimidatorio, incluso hostil. Esta frialdad no solo resta cordialidad a la mesa, sino que también puede desanimar a quienes desean vivir una nueva experiencia en un torneo en vivo.Las mesas televisadas en peligro
Hoy en día, los grandes torneos de póker suelen filmarse, retransmitirse con un ligero retraso y, para deleite de los espectadores, con las cartas vistas. El interés de estas retransmisiones va mucho más allá de la mera estrategia. Los espectadores también buscan emoción, intensidad, un rostro en el que puedan leer excitación o nerviosismo. Pero cuando se ocultan las caras, a menudo las de los jugadores profesionales, los espectadores se ven privados de esta dimensión emocional y tienen que conformarse con lo que parece una partida de cartas jugada por robots. Todo ello puede desvirtuar el espectáculo y, en definitiva, el atractivo del póker para un público más amplio, que acude en busca de ese subidón de adrenalina.
En el episodio 8 de En la Mente de un Pro, Davidi Kitai está en la mesa televisada y juega una mano contra Christophe Vogelsang, un excelente jugador alemán, por cierto. Como en todas las manos que juega, este último se cubre la mayor parte de la cara con su capucha y sus gafas de sol. Dav llega a decir irónicamente: "Voy a buscar tells en su frente". ¿Es este un enfoque justo? Vogelsang tiene ventaja porque puede verlo todo y no ser visto al mismo tiempo. Entonces, dirás, todo lo que tienen que hacer los demás es lo mismo, ¿quién se lo impide? Bueno...¿Qué pensarías si los nueve jugadores de la mesa hicieran lo mismo que él? ¿Qué sentido tendría filmar esta mesa? Creo que si todos hiciéramos lo mismo, las reglas del póker tendrían que cambiar porque estas actitudes serían muy perjudiciales para el juego.
¿Y mañana, el riesgo de trampa?
El uso de accesorios también plantea problemas éticos y de seguridad. Por ejemplo, algunas gafas conectadas, como las Google Glass, pueden grabar información en directo. Estas tecnologías pueden crear un riesgo real de trampas al ofrecer a sus usuarios acceso inmediato a análisis e información adicional, en tiempo real. Aún no estamos en condiciones de determinar si en el futuro estas gafas podrán ver a través de las cartas (chips RFID, lectura por infrarrojos). Pero la tecnología avanza rápidamente. En estas condiciones, la línea entre protección y trampa se difumina, y la seguridad del juego puede verse comprometida. Esto refuerza el argumento a favor de una normativa que garantice una competencia leal para todos los participantes.
El póker en vivo, tal y como nos gusta, es un enfrentamiento entre seres humanos que se miran, que hablan, que luchan con las cartas en la mano, que se observan y analizan mutuamente, y estamos en vías de acabar con este aspecto del juego. No me importa llevar bufandas y sudaderas, porque a menudo hace frío en las salas de torneos debido al aire acondicionado. Yo, por ejemplo, me pongo enfermo a menudo. Pero las gafas de sol, los calentadores de cuello hasta la nariz, las manos delante de la boca, la gente que baja la cabeza cuando está en medio de una mano... Francamente, para eso puedes quedarte delante del ordenador, calentito y en casa.
Entonces, ¿deberíamos prohibir todo esto? Os lo pregunto a todos, jugadores, aficionados y profesionales. Y especialmente a los organizadores de torneos, a los TD y a otros oficiales...