¡Hola a todos!

Os escribo estas líneas desde mi casa. Me encuentro en estos momentos descansando de tanto viaje. Estuve hace unos días en Bahamas, y la idea es de aquí a unos días volver a cruzar el charco, esta vez dirección a Las Vegas donde se juega uno de los torneos más atractivos del año: el WPT Five Diamonds. La intención, como siempre, es ir y ganarlo.

Estos días que paso en casa no son, ni de lejos, un descanso para mí. Es el momento de ponerse delante del ordenador y darle caña a los torneos online, los cuales sigo pensando que son el mejor lugar para disfrutar, pero también para aprender. Precisamente de algo relacionado con esto os quiero hablar en esta entrada del blog.

Como seguramente muchos sabréis, suelo jugar los torneos más caros del planeta, los cuales a su vez son los más duros. Los jugadores que participan en ellos son los mejores del mundo. Es cierto que el tamaño de los fields es reducido, lógico teniendo en cuenta el precio, pero a su vez, la calidad y los conocimientos que tienen los adversarios que ahí me suelo encontrar hace que jugar un torneo de alto buy-in sea un reto para mí.

Prohibido dormirse en los laureles

En la escena de los High Rollers no te puedes dormir, y es por eso que espero que estos días de tranquilidad me sirvan para conseguir buenos resultados en la recta final de este 2018. Una capacidad que tal vez muchos pasen por alto, y que marca la diferencia entre los buenos jugadores y los jugadores excelentes, es la capacidad de estudio y adaptación que hay que llevar a cabo para lograr éxitos. En un torneo cualquiera, esto es evidente, pero en los High Rollers esta situación se hace especialmente importante. Si no estudias y mejoras, estás muerto.

Es por esta circunstancia que creo me vendrá bien pasar unos días en mi entorno, encerrado en mi cueva, jugando online o hincando los codos cuando no esté clicando botones. Podré estar concentrado, dedicarme a mí mismo y analizar situaciones muy concretas con las que sueles encontrarte en los torneos de élite. A veces es cuestión de matices muy pequeños, pero esos matices pueden traducirse en mucho dinero ganado o perdido.

Además, los torneos online de buy-in alto no se diferencian mucho de los High Rollers, me explico: tanto en unos como otros, es fácil llegar a la fase decisiva del torneo con stacks de 30 ciegas o menos. Entender cuándo se puede hacer qué con un stack corto es fundamental en los High Rollers, y eso se practica a la perfección en los torneos online.

Algo que también me ayuda mucho a mejorar y crecer es rodearme de un círculo cercano de jugadores. Vivo con algunos, y con otros estamos en contacto directo a través de redes sociales o por teléfono. Son muchas las veces que viajo con ellos a los torneos de póker en vivo. Es cierto que ahí se comparten muchas situaciones y discutimos sobre manos que nos parecen dudosas o simplemente diferimos, pero cuando eso lo hacemos después de jugar un evento, el análisis es mucho más profundo y, seguramente, más eficaz. Nos apoyamos en herramientas y contemplamos un sinfín de escenarios, algo que siempre contribuye a progresar. Es decir, imagino que nada distinto a lo que hacen otros jugadores en estos niveles.

Dicho todo esto, os avanzo que pronto tocará volver a hacer la maleta y encarar nuevos retos en vivo. Espero que estos días de duro trabajo desde la cueva me ayuden a que todo salga lo mejor posible.

¡Ya os contaré!