Hace justo un año, en mayo de 2022, recibí una llamada de Gestmusic para proponerme participar en un nuevo formato que estaban ideando: iba a ser algo muy chulo, una especie de reality, pero bufff... Al escuchar la palabra "reality" lo cierto es que perdí bastante el interés hasta que de repente me preguntaron si conocía el juego de "Los hombres lobo de Castronegro". ¿Perdón? Full attention ON!

Me explicaron que no iba a ser un reality al uso como los que conocemos en España, sino que querían centrarse en la parte estratégica del juego, que aunque no podían desvelarme nombres, los protagonistas iban a ser gente muy top de su sector, gente muy lista, y que querían evitar a toda costa el salseo. La único malo es que se rodaba durante las WSOP, así que si finalmente aceptaba participar, tendría que perderme las dos primeras semanas... ¡Cómo me alegro de haber tomado la línea arriesgada y cambiado el vuelo para poder participar en Traitors España!

La vida en aislamiento... ¡La vida mejor!

Del 7 al 12 de junio viajo a Madrid y en Atocha me recoge un taxi que no me dice a dónde vamos. Lo único que sí sé es que la aventura ha empezado. Todos los participantes tenemos que pasar 5 días aislados por protocolo COVID-19, sabemos que estaremos encerrados en diferentes casas muy cerca las unas de las otras, pero es vital que no salgamos porque todavía no podemos conocernos. En realidad me está encantando el suspense.

Tras algo más de hora y media tomamos un desvío: Sigüenza. El conductor aparca delante de una casa rural: Casa Abad. Estoy contentísima, pasar tiempo sola no me agobia en absoluto y aprovecho esos 5 días para leer y tramar posibles estrategias de cara al juego. Solo sé que seremos 18 jugadores conviviendo en un castillo, habrá entre 3 y 5 traidores y los demás serán fieles. Los traidores cada noche "asesinarán" a un fiel y el grupo al completo cada tarde tendrá que decidir a quién destierra. El que obtenga más votos, sea o no traidor, no volverá más al castillo. Pienso que lo tengo complicado sea cual sea el rol que me asignen, porque el estereotipo de "la jugadora de póker" me puede hacer parecer poco confiable.

El último día de aislamiento antes de que empiece formalmente el juego nos trasladan al castillo. El Parador de Sigüenza es espectacular, pero si tienes claustrofobia las habitaciones pueden resultar bastante agobiantes, ya que tienen ventanas de mazmorra. Dicho esto, tiene salas impresionantes y un entorno como de cuento. 

Voir cette publication sur Instagram

Une publication partagée par Leo Margets (@leo_margets)

Durante el aislamiento nos traían el desayuno, comida y cena a la habitación y solo podíamos salir a caminar 10 minutos supervisados por alguien de producción, fue un poco agobiante. El día que nos mudamos al parador seguimos con ese protocolo, pero además nos quitaron los móviles y cualquier dispositivo electrónico. Me quedé con un libro y el mando de la tele, que solo sintonizaba el Canal 24h de TVE1.

Me asomé por la miniventana y había un grupo de trabajadores del parador fumando. No me conocían, pero sabían que yo estaba ahí para participar en algo. Ellos aún sabían menos que nosotros. El secretismo acerca del proyecto era bestial. El parador, a pesar de estar cerrado para nostotros, seguía funcionando con normalidad (pensad que el equipo detrás de cámaras para llevar a cabo Traitors era de ¡casi 100 personas!).

Activado el modo incógnito

Lunes 12 de junio. Suena el despertador. Olvidé contaros que a la llegada al castillo nos dieron un despertador de esos antiguos que personalmente tuve que guardar dentro de un cajón del armario porque si no era como convivir con el cocodrilo del Capitán Garfio. Lo programé a las 8:15 de la mañana porque a y media nos traían el desayuno a la habitación. Sí, desayunábamos en la habitación cada día y luego bajábamos al desayuno grabado. Televisivamente no mola sacar a gente engullendo, por eso, aunque nos dejaban servirnos café o zumos o picotear alguna cereza en el magnífico comedor, bajábamos ya saciados.

¡Oficialmente empezaba la aventura! Desayuné y a la media hora vinieron a buscarme, me pusieron un antifaz y me metieron en un coche dirección... ¡Quién sabe! De repente aparcamos delante de una vía de tren. Cuento muchos más coches, seguramente 17 más, separados entre sí para que no podamos ver quien está dentro. Me dicen que me toca el vagón 2. Cuando entro, veo a 5 personas, todas me suenan pero solo reconozco a 2. Ha empezado el juego. Esa misma tarde, cuando los 18 ya nos hemos conocido, en la primera mesa redonda nos asignan los roles. Entre Skone, Ray Zapata, Joana Pastrana, Fernando Guillén Cuervo, Sandra Escacena, Jaime Nava y Jaime Astrain, Apolonia Lapiedra, Cristina Cifuentes, Blanca Manchón, Rubén Ochandiano, Paula Púa, Anna Allen, Adrián Pino, Julio Muñoz, Juan Sanguino, Abril Zamora y yo hay traidores. Lets play!

Como hace relativamente poco que se estrenó Traitors en HBO Max no voy a desvelar las tramas: ¡Sólo deciros que es muy jodido vivir una aventura así y tener que mantenerlo en secreto durante más 8 meses! Aunque los días eran increíblemente intensos, a veces se hacían largos porque grababamos de 8:30 h a 12 de la noche. ¡Sólo nos librábamos de las cámaras mientras dormíamos! Tampoco podíamos tener contacto con nadie fuera del castillo y el móvil no nos lo devolverían hasta que se acabase la aventura. 

Sin spoilear el contenido sí quiero contaros que creo que mi background como jugadora de póker me hizo disfrutar la experiencia a otro nivel. En el transcurso del juego fue fundamental la Gestión de la Incertidumbre, el no tomarse las cosas de forma emocional, intentar anticiparse, trazar una estrategia flexible, empatizar y saber leer a las personas. ¡Póker en estado puro! De igual forma, este juego también te enseña que por muy preparado que estés, los resultados a corto plazo no siempre llegan porque hay muchas variables en liza y no podemos controlarlo todo.

Ha sido la partida de póker más emocionante de toda mi vida: ¡Espero que la disfrutéis tanto al verla como yo al jugarla...!