[Blog] En la mente de un Top Shark
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Desde que salí vencedor de la edición francesa de la Top Shark Academy no he tenido tiempo de sentarme tranquilo y explicar qué representa para mí este hito, tanto personal como profesionalmente, así que… ¡allá vamos! Siempre vi la competición como algo inaccesible. No por su nivel de exigencia, sino por una cuestión mucho más mundana: mis exámenes. Como muchos de vosotros yo también tuve dificultad para conciliar el naipe con mis estudios, especialmente durante los parciales de invierno. Por otro lado, nunca fui un estudiante destacado (las cosas como son). Supongo que haber crecido en una época en la que tienes cursos de todos los colores y totalmente gratis en internet no ayudó. Factor al que hay que sumar a mi continua predisposición a anteponer el No-Limit Hold’em a la Filosofía. Todo ello derivó en un absentismo crónico que se acentuó con el paso de los años.
Cuando entré en la universidad me propuse revertir dicha dinámica: ponerme a tope con mi pasión durante la mayor parte del año exceptuando el periodo de controles. Dicho plan me impidió seguir de cerca una competición que por aquel entonces me era totalmente desconocida. No estaba al corriente de su dinámica, ni de los perfiles de los participantes, ni del premio. Sin embargo, aun ignorando todo eso, me picaba la curiosidad y la idea de intentarlo un día empezó a crecer en mi cabeza, aunque antes que nada tenía que solucionar el tema de mi “doble licenciatura” en Póker y Economía.Primeros pinitos
Tras conseguirla, me puse manos a la obra en la tarea de convertirme en una cara conocida de este mundillo. Y los primeros pasos fueron prometedores. Mi buen hacer me permitió unirme a una plataforma de coaching en calidad de profesor. Jugar al póker mola, pero cuando se convierte en tu profesión la docencia es una buena manera para romper la rutina. En este sentido, me gusta recordarles a mis alumnos que no se queden solo con lo bueno, ya que ser jugador profesional implica muchos sacrificios y no está hecho para todo el mundo. Yo tengo la suerte de amarlo en todas sus variantes. La industria de las cartas es un sector joven y rico que engloba un gran número de profesiones diferentes. Mis padres siempre han estado convencidos de que mi vida laboral estaría ligada a ella, de una manera o de otra. De hecho, al principio estaba sobre todo interesado en el tema de la organización de eventos.
En 2012 organicé mi primera timba con antiguos compañeros del instituto. Si bien la intención era pasarlo bien, lo cierto es que los resultados empezaban a llegar en una época en la que nuestros conocimientos sobre la materia se resumían a artículos de las revistas especializadas. Paralelamente, añado a mi currículo como profesor, productor de vídeos pedagógicos y cogerente de una plataforma de coaching una nueva actividad: streamer de torneos en Twitch, gracias a la cual conocí el Winamax Circus. Y tras ello un detalle que lo cambió todo: “los 50 primeros del leaderboard del festival tendrán la posibilidad de entrar en la Top Shark Academy”. Como el viejo Charlie, me lanzo en la búsqueda de mi ticket para la fábrica de chocolate. A pesar de contar con el apoyo de mis fieles espectadores de mi canal de Twitch, el festival fue un poco flojo en lo que a pasta se refiere. ¡Y eso que hice dos mesas finales! En el Evento 51 (50 €) cerré sesión noveno por 1.055 €, mientras que en el Evento 33 (5 €) logré 641 € gracias a una tercera plaza. Con todo y con eso conseguí meter cabeza en el torneo clasificatorio de la TSA.
El proceso de admisión fue sin lugar a dudas la parte más complicada por culpa de doña Varianza, aunque por fortuna todo salió a pedir de boca. Por el camino me crucé con jugadores completamente desconocidos para mí (demasiado MTT) como En T9 o IllicoBusto, quienes a la postre serían dos de mis principales adversarios en la competición.
EL heads-up
De todos los enfrentamientos, el heads-up contra _WEEEEEAK_ fue el más importante, pues la cosa estaba en un pañuelo. Si lo ganaba, me clasificaba, si no, para casa. Overbet clásico en el turn con una mano que no bloquea el “calling range” de mi adversario, lo que significa que su alcance es amplio y compuesto por bastantes parejas y proyectos. Después, un as en el river que penaliza mi alcance de manos. Con as-jota o as-as hubiera 3-bet preflop. Decido pasar para equilibrar y guardar mis manos fuertes en mi rango y... minutos después destrozo las dos parejas y entro en la Top Shark Academy.
Una vez pasado el mal trago navegué entre la euforia y el estrés. Sabía que podía avanzar hasta la gran final, ya que las pruebas técnicas como la grabación de vídeos no serían un problema. Además, a pesar de que algunos me lo desaconsejaban, decidí retrasmitir mis desafíos a través de mi canal. ¡Tenía que compartir mi felicidad!
En un primer momento ambicioné hacer historia en la competición permaneciendo como el mejor de clase durante largo tiempo y llevándome el MacBook Air. Pero no hubo suerte. Por el contrario, si conté con ese título las dos primeras semanas. Para los últimos compases de la competición metí bastante volumen y le recé a doña Suerte. El resto está escrito. Me gustaría concluir dándole las gracias a mi madre por su apoyo. ¡Lo conseguimos!