[Blog] El póker contra el resto del mundo
Por LIFE STYLE
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En la película de culto Rounders (John Dahl, 1998), Mike McDermott, el personaje interpretado por Matt Damon, asegura que el Texas Hold'em No-Limit es el Cadillac de las variantes del póker: el más elegante, el más estilizado y, seguramente, el más llamativo. Y yo no soy nadie para llevarle la contraria al bueno de Matt. De hecho, me gustaría ir más allá y compararlo con otros juegos de cartas populares con base a los siguientes criterios: diversión, varianza y rentabilidad. ¿Saldrá también bien parado?
El gin rummy
El rummy, también conocido como gin rummy a altas horas de la madrugada, se inventó a principios del siglo XX en los Estados Unidos. Según la Wikipedia, su nombre viene del maridaje entre la ginebra y el ron, dos espirituosos muy exitosos por aquel entonces. Ahora bien, lo que no me imaginaba cuando empecé el proceso de documentación es que me toparía con Stu Ungar en un momento dado.
Como todo el mundo sabe (espero) Stu Ungar fue uno de los jugadores más brillantes de la historia del naipe, cuya leyenda se hizo mundial tras perder la vida demasiado pronto por culpa de un estilo de vida digno de una estrella de rock and roll. Lo que es menos conocido es que por lo visto The kid (apodado así por sus hechuras) empezó su carrera en el naipe después de hacerse un nombre en el clandestino mundo del gin rummy. ¡Nadie se atrevía a enfrentarse a él! Y es que el gin rummy está muy ligado al póker. Phil Ivey, por ejemplo, utiliza la expresión "I hit Gin on the turn" para decir que ligó las nuts en esa calle.
Pero volvamos a lo básico. El objetivo del juego es formar combinaciones de cartas descartando una carta alternativamente con el oponente en un intento de sumar puntos para llegar a un total de 100. Una de las formas de llegar al total más rápido es gin, es decir, que todas las cartas de la mano formen una combinación. Esto proporciona una importante bonificación de 25 puntos.
Diversión: 6/10
Al requerir un nivel de concentración y capacidad de respuesta bastante alto, el gin no es el más accesible de todos los juegos de cartas.
Varianza: 7/10
Me resulta difícil medir la varianza de un juego que no conozco en profundidad, ya que solo jugué en contadas ocasiones; sin embargo, si Stu Ungar consiguió ganar de manera regular, podemos imaginar que es fácil de domar. Buena nota en este apartado.
Rentabilidad: 2/10
Hoy en día es difícil ver cómo la práctica del gin rummy puede aportar alguna fuente de ingresos o reconocimiento. En la América de principios del siglo XX quizás, pero desde un punto de vista contemporáneo lo veo chungo.
Media del gin rummy: 5/10
La belote y el tarot
La belote y el tarot son extremadamente populares en Francia por lo sencillo de sus reglas y su capacidad para animar las reuniones familiares en las tardes de invierno o para mantener a los invitados despiertos hasta el amanecer durante las barbacoas estivales.
Se juegan en equipos: dos contra dos durante la belote y tres contra dos en el caso del tarot de cinco jugadores. Sí. Lo sé. Ya oigo a los puristas refunfuñar porque la versión oficial del tarot se juega con cuatro jugadores, ya que es el formato más extendido en las competiciones. Pero estas pequeñas modificaciones no son necesariamente negativas, pues hacen que los pasatiempos sean más atractivos. Ambos juegos tienen un denominador común muy característico: las cartas de triunfo. En el tarot son cartas que se suman a los cuatro palos básicos. Por eso se juega con 78 cartas: las 52 cartas de una baraja tradicional, las 22 cartas de triunfo y los 4 caballeros, que son figuras intercaladas entre la sota y la reina. En los palos, la carta más fuerte es el rey, seguido de la reina, caballo, sota, 10, 9... hasta bajar al 1.
En la belote, la carta de triunfo cambia con cada "reparto" (o "ventaja") y es uno de los 4 palos (corazón, pica, diamante o trébol) el que sirve de triunfo. El triunfo es una categoría de cartas que es "superior" a las demás y permite "cortar" los otros palos y así ganar los lances te harán acumular preciados puntos.
Diversión: 9/10
Por supuesto, estos juegos no son nada sin la mala fe que los caracteriza, sobre todo cuando se trata de abroncar al compañero a la menor metedura de pata (me declaro culpable). A pesar del carácter lúdico-festivo de estos, la tensión es alta. El interés también está en gritar con fuerza cuando toca. Todo esto, siempre teniendo en cuenta que es sólo un juego… Aunque como comentaba anteriormente son muy típicos de mi país, han logrado extenderse por toda la zona del Mediterráneo.
Varianza: 5/10
En los dos juegos el azar está muy presente. No es raro pasar una partida completamente card dead, es decir, sin oler nada. O todo lo contrario cartas triunfo mediante, así que recomiendo armarse bien de paciencia antes de empezar a jugar.
Rentabilidad: 3/10
Aunque estos juegos siguen siendo populares y aunque existen organizaciones dedicadas a las dos prácticas (la Federación Francesa de tarot, por ejemplo), es difícil afirmar que se pueda ganar dinero u obtener reconocimiento incluso en Francia más allá de un título regional.
Media de la belote y del tarot: 5,66/10
El bridge
El bridge es probablemente el juego más complejo y estratégicamente más interesante que ha inventado la humanidad. ¿Por qué? Por su connotación elitista, por el gran número de reglas que implica y por su profundidad táctica.
Antiguamente era el pasatiempo por antonomasia de las clases pudientes, que lo practicaban en salones de ambiente distinguido. Es fácil imaginar, aunque no sea necesariamente la realidad, a algunos miembros de la alta sociedad de antaño jugando con toda la parafernalia: levita, sombrero de copa, puro y brandy. Se supone que este juego fue popularizado por los diplomáticos ingleses destinados en Constantinopla (actual Estambul) y posteriormente por la nobleza y la burguesía.
Con objeto de informarme bien acerca de su funcionamiento un día fui al club más cercano a mi casa cuando vivía en Montreal. Rápidamente me di cuenta de que era muy complicado aprender a jugar al póker y al bridge al mismo tiempo y que tenía que elegir… A pesar de este proceso de aprendizaje abortado, tuve tiempo de entender lo básico. El juego se basa en el mismo principio básico que la belote…, pero mucho más enrevesado. Es totalmente necesario sacarse cursos e incluso diplomarse en bridge para llegar a algo decente. ¡Por no hablar de lo que hay que hacer para conocer al detalle sus particularidades!
Diversión: 4/10
A la vista de todas estas observaciones, me imagino totalmente que el lado lúdico quedará en cierto modo relegado a un segundo plano y la diversión residirá más en el dominio y la gestión.
Varianza: 9/10
¿Sabes que el bridge es el único juego de cartas del mundo en el que la varianza es casi inexistente? Me explico. Los mazos de cartas, es decir, las barajas que se distribuyen a los participantes en una competición, se preparan de antemano. Durante el mismo torneo, equipos de dos jugadores se turnarán para jugar exactamente las mismas barajas que sus oponentes. Así, no se puede acusar al adversario de haber tenido suerte en el sorteo, ya que todos los equipos habrán tenido la oportunidad de jugar con los mismos juegos.
Rentabilidad: 6/10
En cuanto a los torneos, el bridge va bastante bien porque las competiciones están bastante bien organizadas, las reglas están estandarizadas y bien codificadas. Incluso se organizan competiciones internacionales en las que participó el legendario padrino del equipo Winamax, Michel Abécassis, que era uno de los mejores jugadores del mundo incluso antes de empezar a jugar al póker. Mediáticamente no alcanza el nivel del póker, pero también cuenta con su público y seguir noticias del mundillo no es tarea difícil.
Media del bridge: 6,33/10
En cuanto al póker y más concretamente al Texas Hold'em No-Limit no veo necesario en detalles. Las notas:
Diversión: 8/10
Varianza: 2/10
Rentabilidad: 9/10
Media del póker: 6,33/10
Conclusión: el póker gana al gin rummy, a la belote y al tarot, pero queda empatado con el bridge. Por lo tanto..., ¡declaro un empate! Sí, el concurso es poco serio, pero admítelo: ¡quieres probarlo todo ahora!