[Blog] Deshojando margaritas
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Hoy toca hablar de algo que me trae de cabeza desde hace un tiempo: mi relación ambigua con los torneos. En mi primer blog ya comenté que en mis comienzos navegué entre dos formatos: el cash-game en vivo y los torneos en línea. Por aquel entonces era un estudiante más y esta dinámica me convenía mucho, ya que me permitía jugar varias sesiones por semana. Sin embargo, en 2015 diversas deficiencias técnicas me hicieron formarme en cash-game, ayudado por mi compañero de piso, a quien considero un virtuoso en esta modalidad. Todo aquello fue muy beneficioso y progresé en muchos aspectos de mi juego. Echando la vista atrás me doy cuenta del empeño que le puse a un formato que hoy en día me produce cierta nostalgia. Nunca olvidaré mis primeros pasos y, como todos los viajes iniciáticos, los recuerdos nunca se borrarán de mi memoria.
Finales de 2018. A pesar de encontrarme bien cómodo dándole a las mesas de cash-game mid-stakes de Winamax, decido regresar a mi primer amor, más por placer que por interés crematístico. Incluso llego a probar el After Foot (un turbo de 2 €), aunque yo contaba con 20.000 veces el buy-in. De primeras esta elección puede parecer sorprendente, pero para mí era importante ir pasito a pasito y no precipitarme hacia buy-ins más costosos. Tras varios meses obteniendo resultados satisfactorios, me decanto por un nivel superior. Fue un verdadero balón de oxígeno pues tanto cash-game empezaba a parecerme monótono.
Afortunadamente, los resultados acompañan y mis cuatro primeras participaciones en las Winamax Series concluyen con dos botellas de champán, dos plazas de runner-up y varias mesas finales. Como guinda al pastel: salgo vencedor de la Top Shark Academy a principios de año y me gano el derecho jugar las citas más importantes del calendario mundial como miembro del Team Winamax. ¿Transición completada? Sí…, pero no.
Peor que un búho
Si hablas con un familiar sobre póker más tarde o más temprano escucharás: “Juegas mucho por la noche, ¿no?”. Esta reflexión puede parecer un cliché, aunque esconde bastante verdad. Y la respuesta es un sí categórico. La vida nocturna es problemática. Hay bastante gente habituada a ello, debido al naipe, a los videojuegos o a las salidas cuando cae la noche. Para muchos jugadores de póker profesionales este modo de vida es totalmente natural. En lo que a mí respecta estoy acostumbrado al ciclo día/noche clásico y me resulta extraño no ver el sol durante varios días. Pero sí, veo venir la pregunta. ¿Hasta qué punto hacer varias sesiones a la semana hasta las tantas no implica de por sí un ritmo de vida inusual? Hay otros trabajadores “clásicos” que se acuestan tarde y se levantan al día siguiente como si nada. Asimismo, muchas personas que hacen horario de noche no consiguen dormirse de un tirón. Todos necesitamos desconectar un poco y relajarnos. Y una sesión contiene todo un cúmulo de emociones: plazas frustrantes, agobios varios o directamente la sensación de haber jugado mal.Mi terminal S está bastante lejos de mí, pero supongo que este jetlag es también un coctel explosivo de secreciones neurológicas derivadas de la adrenalina del propio torneo. No es raro terminar la sesión sin sensación de cansancio, sin necesidad de caer rendido en los brazos de Morfeo. El estar muy activo en las mesas me ha pasado factura. Noches de poco descanso, pesadillas, sobresaltos nocturnos… Nadie se libra de esos efectos. Ni los jugadores más experimentados. Podríamos pensar que son inmunes, pero nada que ver. Si encima le añadimos la falta de actividad física y una dieta desequilibrada… Apaga y vámonos
¿E hincar los codos para cuándo? Está claro que tras una sesión de ocho horas o recién salido de la cama nadie tiene ganas de ponerse a estudiar. En este sentido, hay varias soluciones para hacer más llevadera tal tarea. Comenzamos por la más restrictiva. Si quieres hacer coincidir un ritmo de vida desfasado con los horarios clásicos de un trabajo siempre puedes mudarte de país, tal y como han hecho muchos miembros del Team Winamax. Aladin, por ejemplo, vive gran parte del año en Camboya, mientras que el español Borja lo hacía hasta hace poco en Indonesia. Aparte de Asia el continente americano nos ofrece un horario también óptimo. ¿A quién no le gustaría iniciar la sesión tras volver de un baño en las aguas de Playa del Carmen?
Palabra de Adrien
Para la segunda parte he querido contar con la opinión de todo un experto: Adrian Delmas. Su capacidad para combinar el grinding con el trabajo teórico sin perderse una cita presencial hacen de él uno de los currantes galos más destacados. En medio de esta agenda cargada, se permite incluso el lujo de avanzar en el japonés, una de sus aficiones. Aparentemente, durante los primeros años de su carrera como profesional cayó en los mismos hábitos tóxicos. Sin embargo, con el paso del tiempo se dio cuenta que si no los resolvía no llegaría a lo más alto del póker mundial. Relativo al ritmo de vida adecuado, el w roja afirma que es un parámetro muy personal. Hay jugadores que llevan bien acostarse tarde, aunque tampoco es su caso. “No me gusta irme a la cama cuando está amaneciendo”, comenta. El establecimiento de una agenda estricta fue primera piedra de su éxito.“Incluso si cumplir mi programa a rajatabla es complicado, tan pronto como suena el despertador sé cómo la jornada va a desarrollarse”. Las sesiones de trabajo están hechas persiguiendo objetivos claros: elegimos un tema de estudio y determinamos el número de horas que le queremos dedicar. Parece simple, pero no hay muchos jugadores que tengan un planning, y menos que lo sigan. Por otro lado, hacerlo facilita la sesión de por la tarde. Adrián también destaca lo importante que es para él la meditación. “No sé si es un efecto placebo, pero a mí me ayuda bastante”. Conviene recordar que hay numerosos jugadores de élite que batallan en este campo. Seguro que te suena el A-Game, pero a medida que las partidas se encadenan, que la fatiga se acumula y que empezamos a cuestionarnos, el A-Game pasa a ser B-Game. En esta lucha la meditación puede ser un arma más que útil. Por otro lado, permite desarrollar un edge contra nuestros adversarios.
Como decía anteriormente estar descansado es fundamental. Y Adrián de eso también controla. Primero, tras una sesión de varias horas sentado conviene salir a estirar las piernas. El segundo consejo guarda relación con la lectura. No hay que irse a la cama justo después de apagar la pantalla del ordenador o del móvil. “Empiezo la lectura de una novela y me duermo en veinte minutos”, admite. Por último, hay que evitar caer en un sueño parcial con el cerebro todavía pensando en la sesión, ya que eso puede causar revivir spots. Como lo que le pasó a Adrien tras semanas gridando un día antes de su mesa fina WSOP.
Ataquemos ahora al tema de la comida rápida. A este nivel no hay mucho secreto: más vale aprender a cocinar, otra de las facetas conocidas de Adrien. Incluso ha llegado a hacerse su propio pan: “Después de varios intentos he conseguido mi mejor masa”, suelta. Y es que hasta en el plano culinario la abnegación y el trabajo terminan por dar sus frutos.
Cuidado con el picoteo
No obstante, cuando toca festival en línea no hay otra: la comida a domicilio es la respuesta. “Durante las pasadas Winamax Series me vi obligado a pedir comida diez o quince veces”. Pero eso no quiere decir que Adrien se deje llevar. Tiene un régimen alimentario bastante estricto que evita los alimentos procesados. El picoteo está igualmente prohibido, así como el típico “McDo post-tilt”, que yo me conozco bien. Para finalizar, me gustaría decir que el testimonio de Adrien me ha ayudado a ver que todos mis problemas inherentes al estilo de vida del jugador de torneos son más comunes de lo que pensaba. Problemas, por otro lado, superables con metodologías como la de mi compañero del Team Winamax, quien en mi opinión se lo ha montado muy bien.Pero esto no quiere decir que la página de los torneos esté completamente cerrada, aunque voy a dedicarme de nuevo al cash-game. Es un formato que me divierte mucho y me permite más flexibilidad. A su vez, todavía me queda mucho que aprender. Ahora bien, ¿cómo voy a lograr buenas actuaciones en vivo si dejo de un lado los MTT? Que no cunda el pánico. Daré lo mejor de mí también en vivo, aunque no creo que sea este 2020...
Como dice el jugador alemán de high-stakes Steffen Sontheimer: “Los torneos son triatlones donde es importante trabajar equitativamente todas las facetas del juego”. Soy consciente de que tengo cosas que mejorar y también sé que con la ayuda del Team todo irá más rodado, independientemente del bajo volumen que meteré. ¡Me encanta el live y un día me dedicaré en cuerpo y alma! La pelota está en mi tejado.