[Blog] Desde Camboya con amor
Por General Torneos Live
dentroA veces, la vida nos reserva muchas sorpresas, pero tenemos que estar preparados para aprovecharlas. Si alguien me hubiera dicho tiempo atrás que pasaría casi diez años de mi juventud en la gélida Canadá con temperaturas propias del Polo Norte (jamás olvidaré esos -30ºC) nunca lo hubiera creído. De hecho, ¡me hubiera echado a reír! De la misma forma que si me hubieran asegurado que me instalaría en Camboya para ganarme la vida jugando al póker…
Pero volvamos al principio. Año 2016. Mientras reúno el coraje para dimitir de mi curro reflexiono concienzudamente sobre qué destino me permitiría escapar del frío, la nieve y las tiritonas. Para ello, hago una lista de países que aúnan buenas condiciones climatológicas (sol, rayos de sol y bonitas puestas de sol) y regulatorias (óptimo acceso a internet, marco legislativo favorable, coste de vida asumible…). El maridaje idóneo para dedicarse al naipe de manera profesional lo podía encontrar en Brasil, Malta, Marruecos, Tailandia y Camboya. Recuerdo que lo primero que hice fue ponerme en contacto con un colega de la infancia del barrio para informarme sobre este último. Sus padres se habían visto obligados a huir del régimen de los jemeres rojos de Pol Pot a finales de los años setenta y en las afueras de Lyon fue el sitio escogido para comenzar un nueva vida. Mientras escribo esto se me viene a la memoria nuestras míticas partidas de petanca en el parque de la urbanización. Buenos tiempos aquellos. Huelga decir que por aquel entonces la flaqueza de mi bankroll no me permitía dar el salto a cotas más altas en lo que al póker se refiere, aunque el sueño nunca se desvaneció.
Vuelta a la escuadra
Finales de 2018. Tras haber conseguido un colchón financiero más o menos solvente, viajo a Brasil con la intención de pasar el invierno. Es uno de mis países preferidos y tengo una afección particular por Río de Janeiro. Sus playas, temperaturas y ambiente lo hacen irresistible. Además, no sé por qué, pero me encanta cómo suena el portugués carioca. Por suerte o por desgracia vuelvo a ganar la Top Shark Academy y tengo que cruzar el charco para jugar con el Team Winamax el European Poker Tour de Mónaco. Paralelamente, mi colega Romain Nussmann lanza con sus socios la empresa Nutrs, un centro de formación de póker. Un proyecto superinnovador. En un principio pensó en instalarlo en Tailandia, pero finalmente se decidió por Camboya por cuestiones legales y logísticas. Una vez asentado me propone mudarme con ellos y entrenar. La verdad es que no me lo pensé mucho. ¿Quién diría que no a un chalet con piscina, cocinero, servicio de limpieza y temperaturas más que agradables? ¡No hay unas condiciones mejores para progresar! Fue el periodo de mi vida en el que más mejoré mi juego. Estar rodeado de jugadores motivados día y noche es garantía de éxito si se quiere subir de nivel. Con respecto al circuito en vivo, me sentía muy cómodo, en mi salsa. Tras el WPO Dublin decido volver al centro de entrenamiento para preparar Praga y su EPT. No sé si lo sabéis, pero la diferencia horaria en este tipo de sitios hace que uno tenga que “vivir de noche” si realmente quiere sacarle partido a oferta de torneos de las plataformas. El secreto está en acostarse y levantarse a la misma hora. Así el cuerpo se adapta más fácilmente a este ritmo.¡Tiembla, Phnom Penh!
Gracias a este segundo periodo de formación avanzo en el plano mental y productivo. Alcanzo un volumen considerable online y mejoro en las variantes Mixed-Games y especialmente en Stud Hi-Lo, con la ayuda los W Roja Guillaume Díaz e Ivan Deyra. Por primera vez desde que empecé profesionalmente a jugar no cojo ni un día de descanso durante todo un mes… ¡y no noto que pase factura! ¡Cualquiera diría que vuelvo a tener 20 años!Asimismo, me entero de que a finales de noviembre Camboya acogerá en Phnom Penh, su capital, un WPT de 1.100 $ de buy-in, o lo que es lo mismo, ¡el torneo más tocho de la historia del país! Me digo que es una ocasión única para descubrir la ciudad y poner en práctica todo lo aprendido. Si al final la capital camboyana resulta del montón y el aire es tan irrespirable como dicen que es por culpa de la contaminación, al menos tendré la oportunidad de alojarme en el hotel Nagaworld, uno de los más lujosos del circuito. Tampoco olvido que las condiciones de juego serán las propias de las citas internacionales y que eso atraerá a un field muy heterogéneo, aunque no faltarán regulares con residencia en Asia como Vincent Chauve, Julien Rouxel o Nicolas Ragot.
El resto está ya escrito. Tras gozar de un run inmejorable, consigo meterme en la final y quedar cuarto por casi 44.000 $. Una cuarta plaza que, a pesar de dejarme un sabor agridulce, fue muy meritoria si tenemos en cuenta el nivel de la mesa, algo que también veo como un entrenamiento de cara a lo que viene en la tierra de Emil Zatopek y Pavel Nedved.
¡Ya veremos!