[Blog] ¿CTM? ¡No, MTT!
Por General
dentroLa aguja del reloj parece no avanzar y solo hace 17 minutos y 30 segundos que comenzó la clase de por la tarde. Algo que no mejorará, ya que a esta primera le sigue una segunda. Todo ello con el mismo profesor y las mismas fichas desde tiempos inmemoriales. Profesor que hace bastante tiempo que perdió la fe en que un grupo de adolescentes pudieran interesarse algún día por la “La evolución de las plantas”. Para compensar la frustración, nos devuelve los ejercicios corregidos acompañados de adjetivos del tipo “execrable” e “insuficiente” escritos en mayúsculas en el encabezado de los folios.
Ya no me molesto en comprender por qué somos evaluados, encasillados, comparados y castigados sin parar desde una edad temprana. De hecho, no tengo ninguna motivación en intentar sacarle partido a esta clase. Solo me concentro en aprobarla. Me conozco y sé que me limitaré a revisarlo todo por encima el día de antes, para así aprobar el control con un poco de suerte. Cruzo los dedos para que sea un cuestionario de respuestas múltiples. Así podría discretamente mirar de reojo los que contesten mis colegas Noal o Mael, dos verdaderos cocos. Les admiro. Admiro la manera con la que se toman todo en serio e intentan profundizar en cada materia. Incluso consiguen que Don Mever no les desmotive con sus “frikadas”. Actitud que contrasta con la de mi vecino de pupitre y la mía, quienes estamos en constante búsqueda de algo que nos ayude a pasar el tiempo. ¿De qué se trata esta vez? ¡De hacernos reír y obligarnos a parar abruptamente! Lo sé, parece una chorrada, pero es una chorrada divertida.
Tonight's gonna be a good night
Mi cerebro nunca ha podido concentrarse en Ciencias de la Tierra y Medioambientales (CTM) pero, hoy particularmente, menos que nunca. Esta noche es la Poker Night™: una timba organizada por nosotros mismos con 15.000 fichas, niveles de 50 minutos y 10/20 en ciegas de inicio. Gorras, sombreros, gafas de sol, cascos, trash talk, slowrolls, apuestas in the dark: todo está permitido (siempre y cuando pagues los 5 € de buy-in).Mi colega Sami no faltará a la cita. Él, experto como nadie en pagar sin mirar las cartas, lo hace una y otra vez, sabedor de que ningún adversario tendrá lo que hay que tener para pagar en estas condiciones. Y tiene razón. Pocas veces pagamos sus apuestas de 700 ciegas al inicio de la partida, que suele durar, al menos, cinco horas. Pero eso le basta para alimentar su ego, acumular fichas y, sobre todo, alimentar su leyenda. Gran fan del polémico humorista francés Rémi Gaillard, se gusta cuando repite su frase favorita: "¡Yo soy el patrón y os jodéis!", con un tono particularmente elevado. Ese es el encanto de Sami, y eso es lo que hace de él un jugador difícil.
La Poker Night™ suele ser el tema principal desde el comienzo de la semana. Somos como unos diez notas motivados y ansiosos por que llegue la velada a la que asiste incluso el propio Maël, para hablarnos de esta novedosa estrategia llamada continuation bet. ¡Es una locura la cantidad de manos que gano con eso ahora!
La noche es nuestra
Foto: poker-sphere.fr.
Esta velada es la cuarta del año. La hacemos desde hace unos dos, algo que me permite calmar mis ansias hasta poder abrir una cuenta en línea. Sin embargo, aunque pudiera, no tengo ni 50 euros en el banco, pasta que emplearé para comprarme un kebab. También me da un poco de respeto jugar online contra desconocidos. Primero porque seguro que son bastante buenos, y segundo porque no estoy seguro de que no esté trucado. Sí, lo admito, yo también tuve las mismas ocurrencias “conspiranoicas” sobre el mundo del naipe en la edad del pavo.
Mi mejor amigo ya se ha adentrado en ese mundillo en una plataforma que se llama Winamax. Juega partidas gratuitas en las que es necesario inscribirse rápidamente treinta minutos antes del torneo. Normalmente, tiene una alarma programada en su teléfono para avisarle del tema. Imaginaos la escena en la vida real: 5.000 personas delante de un casino listas para alcanzar sus mesas. Quince segundos después de la apertura de puertas, los 2.000 más lentos se quedan con los ojos llorosos fuera de la sala esperando la próxima oportunidad. Solo algunos valientes se atreven a pedir tickets en el chat general, mientras que otros más cabezones se dedican a aporrear la puerta.
Mi colega juega generalmente por 20 €, aunque con 25 céntimos ya puedes participar en un torneo. La última semana fue diferente. Me invitó a su casa y jugamos el Cocktail durante horas, al que habíamos logrado clasificarnos a partir de un euro ganado en otro torneo gratuito. Eliminados en un desgraciado coin flip en medio de las plazas pagadas, ¡acabábamos de transformar un euro de nada en doce! Todo eso sin movernos de casa. ¡Ya teníamos con qué pagar dos kebabs!
Lo de este domingo es otra cosa. En dos días comienzan las Winamax Series. Tras echar un vistazo rápido a los prizepools del programa, me doy cuenta de la cantidad de dinero que hay en juego en este festival. Solo me basta abrir el lobby durante unos segundos para asimilar que las Series no tienen nada que ver con los 35 € de bote de nuestras timbas. Mi corazón empieza a palpitar cuando veo los torneos en azul. Necesito clasificarme para, al menos, 5 o 10 torneos. Lo ideal sería meter cabeza en el Main Event, pero soy consciente de que ese sueño es por ahora inalcanzable. De hecho, incluso si lo consiguiese, no me sentiría cómodo en estos niveles. Otra vez será.
Tan solo han transcurrido 33 minutos desde el comienzo de la clase de CTM. ¡Qué pereza! El profesor, anodino por naturaleza, hace que a su lado Saber y Ganar sea más emocionante. Incluso estoy dispuesto a declarar mi amor por las especies vegetales, siempre y cuando prometa que no me hará estudiarme párrafos como “las ramificaciones de las plantas les permiten captar más agua y sales minerales”. Sinceramente, en ese preciso instante, no se me ocurre algo peor. Me obligan a prestar atención a algo que no me interesa lo más mínimo.
¡Pero vamos! Aún me queda una hora más con Don Mever, una hora de Historia, una hora de español y… ¡por fin el viernes! No hay nada más motivador que seguir descubriendo una pasión que acaba de llegar a tu vida. Sueño con jugar un día todos estos Eventos en azul y, por qué no, ganar un título con su famoso logo W. Pero mantengamos los pies en el suelo. Hoy lo que toca es meterle miedo al bueno de Sami antes de la partida de esta noche. Si pego el pinchazo, tengo pensado guardar todo ese dinero para un día jugarlo online. Nunca se sabe, ¿no?