G’day, mate! ¡Me parto cada vez que digo “hola” a la australiana! ¡Vaya personajes! Hacía ocho años que no pisaba el país de los koalas, así que me encantó volver a participar en la última edición del Aussie Millions. En esta ocasión alquilé un apartamento con unas vistas magnificas en el centro de Melbourne con mi novia Miriam y varios jugadores franceses de la escena del naipe. Me acompañaron en la aventura Arthur Conan, Corentin Ropert, Maxime Parys, Duco ten Haven y Jérémy Saderne, flamante campeón del mundo. Asimismo, tampoco quisieron perderse el festival el W Roja Ivan Deyra y el ex Team Winamax Sylvain Loosli. ¡La cosa prometía!

Si bien es cierto que las condiciones (buen ambiente, buenos torneos, buenos jugadores y el segundo Main Event más destacado del mundo) hacían presagiar que los resultados llegarían, lo cierto es que en mi caso… fue un poco desilusionante. No conseguí entrar en plazas pagadas en ninguno de los once torneos en los que participé, aunque en el 2.500 A$ y en el 5.000 A$ 6-max. me quedé muy cerca. Sylvain (cuarto) y Arthur (sexto) sí tuvieron más suerte en este último. Por todo ello, si nos ceñimos al naipe, la verdad es que el viaje fue un poco el balde.

Digo si nos ceñimos al naipe, ¡porque el resto del tiempo lo aproveché bastante mejor! La segunda estancia en Australia me permitió conocer el país un poco mejor. Cuando no estaba sentado frente al tapete, dedicaba las horas a pasear con Miriam por alguno de los parques de la ciudad. Visité el Royal Botanic Garden y me tosté al sol día sí y día también. Con Ivan Deyra recorrí la Great Ocean Road y confirmamos que los koalas son los animales más perezosos de la faz de la tierra. Paralelamente, aprovechamos que estábamos en la otra punta del mundo para pasar por la isla de Bali (Indonesia) con una idea en mente: ¡desconexión total!

En busca del rayo verde

Permanecimos algunos días en el sur de la isla, especialmente por la zona de Uluwatu, parada obligatoria para los surferos, y Kuta, probablemente la playa más visitada de Bali debido a su puesta de sol. Vamos, lo que viene a ser el paraíso. Más tarde pusimos rumbo a Ubud, una pequeña villa en el centro de la región famosa por sus templos, arrozales y familias de simios, que campan a sus anchas bajo la atenta mirada de los turistas. Allí degustamos manjares propios del sitio en restaurantes con espectáculos musicales, esto es, bailarinas balinesas. Y como postre: dormir en medio de la jungla.

Miriam, chilling with all her friend @rickygervais pic.twitter.com/HBra8TfSc3

— Guillaume diaz (@Volatile38) January 24, 2020

La última etapa de nuestro periplo fue Gili Trawangan, donde nos encontramos con nuestros compañeros de piso australianos. ¿Cómo describir esta pequeña isla perdida entre el propio Bali y el enclave de Lombok? Pues como lo contrario a la modernidad. Allí no se ven coches ni motos, sino carros tirados por caballos. En sus playas de arena fina podemos disfrutar de zumos naturales, así como comer pescado fresco. A su vez, es un excelente punto para hacer submarinismo y nadar junto con tortugas y demás animales tropicales antes de la caída de una noche que permanece viva por el efecto de sus chiringuitos y los cantantes autóctonos. El alojamiento fue también de ensueño. Encontramos una magnifica guest house en media pensión con piscina, ping-pong, terreno para jugar a la petanca y espacio suficiente para echar pachangas de fútbol.  El broche de oro al viaje lo puso una noche de fiesta hasta el amanecer la cual no me dejan detallar…

Bye bye #Melbourne, gonna miss you! Pas une réussite niveau poker ce trip mais bien kiffé quand même avec une belle équipe de . Je reviendrai pour sur l’année prochaine@CrownPoker @Winamax pic.twitter.com/Pwru7XMg5b

— Guillaume diaz (@Volatile38) January 23, 2020

Si bien el póker no estuvo de su lado, el buen tiempo le acompañó en todo momento.

En el momento de escribir estas líneas me encuentro volando de vuelta a Londres. Tras estas semanas de sosiego y descanso lo que ahora me pide el cuerpo es volcarme de nuevo en el estudio del naipe y grindar sin parar. ¡Cuidado que voy con las pilas más que cargadas!

¡Abrazos!

Guillaume "Volatile38" Díaz