"Llevo una mala racha de pelotas, me meten cada bad-beat que no veas”. "Esto solo me pasa a mí, ya no puedo más, estoy a punto de dejarlo”. "Este es el juego del demonio, ¡no gano una!”. "¿Hasta cuándo me va a seguir reventando el river en todos los torneos?”. "Dios, acabo de perder 500 € en línea, ¿cómo voy a salir a cenar con una sonrisa?”. "Cuando pierdo estoy de mal humor y no hay quien me aguante. ¡Me va a dejar mi novia si no hago algo para que no me afecte!”. "La ansiedad me come, no sé si esto es para mí, si podré superar esta racha, este bache, si llegaré a poder dedicarme a esto algún día, si podré cumplir el objetivo económico que me he puesto este mes...". Miedos, inseguridades, frustración constante... ¡Stop! ¡Alto! ¡No sigas por ahí! ¡Todos nos hemos metido en este bucle de pensamientos y cuanto más te adentras, más difícil cuesta salir de ahí! No alimentes esos pensamientos. He pasado por cada uno de ellos, por cada cosa que te puedas imaginar, por dónde quieras que puedas estar pasando. He estado allí.
Pasar pantalla
Me acuerdo de la primera vez perdí 1.000 € online. Había quedado con unos amigos poco después y acabamos echando una timba de 5 €. ¿Te imaginas cómo me sentía? Tan solo intentaba que lo del otro lado de la pantalla no afectase a mi vida fuera de esta, pero a veces se hacía complicado.
Era difícil separar y no estar algo raro, algo ido, preocupado por lo que suponían esos 1.000 € en la vida real. Había épocas en las que me pasaba varios días seguidos perdiendo. Sentía que era el peor jugador de la historia. Quería dejarlo. Por no hablar de esas semanas de torneos dándole hasta las tantas, con horarios de mierda, pero aun así intentando desplegar mi mejor póker. Concentrado y calmado hasta ese
flip... Seguir leyendo