[Blog] Mis predicciones para 2021
Excepto si vives en una cueva o crías cabras en lo alto del monte y no has tenido internet o electricidad durante un año, deberías saber que el 2020 ha estado marcado por un fenómeno que ciertamente no es nuevo en la historia de la humanidad (podemos mencionar la peste negra en el siglo XIV o la gripe española a principios del siglo XX), aunque sí lo sea desde un punto de vista contemporáneo: el coronavirus, ahora llamado Covid-19.
Por mi parte, aunque la situación me impidió continuar con mi calendario de citas en vivo, en cierto modo me salvé porque el virus tardó en aparecer en Camboya, donde había planeado pasar tres meses antes de incorporarme al tradicional seminario del Team Winamax. Sin embargo, al final la reunión se cayó por razones obvias y me vi bloqueado en el Sudeste Asiático. Tan pronto como la epidemia adquirió una dimensión mayor, el gobierno camboyano impuso medidas drásticas de cara al exterior, cerrando las fronteras y haciendo pruebas de antígenos a los venidos de fuera. Camboya es una región que siempre ha batallado contra el paludismo, así que contaba con existencias de cloroquina suficientes para tratar casos aislados de contaminación. El resultado: cero muertes y apenas 300 casos en todo el país, sin necesidad de máscaras ni medidas de contención. Pero el virus todavía no había dicho su última palabra...
Sorprendidos por el buen hacer del ejecutivo en lo relativo a la gestión de la crisis, una delegación de políticos húngaros viajó hace dos semanas para conocer de primera mano la estrategia de un país sin bicho. Lo que nadie se podía imaginar es que la visita oficial terminó en desastre: el ministro que encabezaba la comitiva dio positivo y paradójicamente transmitió el bicho al primer... Seguir leyendo