[Blog] Bajo una sala estrellada
Me gustaría escribir acerca de cómo fue mi primera experiencia en un gran torneo en vivo. La idea es transmitir la vivencia desde el prisma de una persona que puede contar con los dedos de una mano los eventos en los que ha participado; un completo amateur en términos de tells, calcular sizings en función del bote, observar las tendencias de cada jugador... Pero vayamos por partes.
En primer lugar, voy a hablar sobre lo que se genera alrededor de un evento como el EPT de Montecarlo: la oferta programática, el clima que se respira, la ilusión totalmente palpable en el ambiente... Para un jugador como yo, que no está acostumbrado a despegar los ojos de la pantalla, poder vivir un festival de estas dimensiones es único. Bien es cierto que los precios dificultan jugar tanto como uno quisiera. Nada que ver con los festivales nacionales que, desde mi punto de vista, son más asequibles, así que jugar un torneo EPT significa asumir que se tocará menos plástico. ¡Pero todo se andará!
Asimismo, se suele decir que el nivel general del field en torneos en vivo suele ser más bajo. No fue esta mi experiencia en Montecarlo, donde tuve mesas durísimas todos los días en las que fui capaz de mantenerme con vida en la competición. Me supe adaptar bien a ellas y conseguí firmar un deep run en el Main Event. ¡Todo un sueño!
Todo lo contrario que mi primer Main Event de la mágica Praga, que casi no pude saborearlo, ya que apenas duré un par de niveles. ¡Menos mal que poco después llegaría una oportunidad de redimirme y mejorar el amargo sabor de boca que te deja un pronta eliminación! Las estructuras de la cita monegasca ayudan a poder desarrollar... Seguir leyendo